Los científicos de la Universidad de Ludwing-Maximilians han demostrado, gracias a resonancias magnéticas funcionales que, antes de probarnos una prenda de ropa o examinar un coche, nuestro cerebro ha decidido ya lo que vamos a comprar.
Los resultados del experimiento han sido presentados en la asamblea de la Sociedad de Radiología Norteamericana y ponen de manifiesto el poder de los anuncios en la mente humana.
El procedimiento de la investigación estuvo a cargo de Christine Born, radióloga alemana del hospital universitario en Munich, y la prueba contó con veinte adultos de ambos sexos con una media de veintiocho años de edad y un alto nivel educativo.
Mientras estaban conectados a un escáner cerebral les fueron enseñando las insignias de marcas muy publicitadas y otras que lo eran menos. A medida que las iban observando, los participantes pulsaban un botón para valorar, en una escala de cero a cuatro puntos, las que más les gustaban y las que menos.
Born llegó a la conclusión que las marcas más conocidas encendían las áreas relacionadas con las emociones positivas y asociadas con la autoidentificación y los recuerdos. Además, el cerebro las reconocía con poco esfuerzo.
En contraposición, las marcas desconocidas hacían trabajar las zonas de la memoria y de las respuestas negativas.