Una cafetería exclusiva para perros

Una cafetería exclusiva para perros

(BBC MUNDO/PD).- Para los amantes de los perros, aquellos a los que les gusta consentir y mimar a sus mascotas llevándolos a la peluquería, a tomar clases de yoga y vestirlos con ropita coqueta, ahora también podrán invitar a sus animales a una cafetería especialmente creada para ellos.

Se trata de un lugar donde los perros pueden comer, beber y hasta «socializar». Bow Wow Deli está en la Ciudad de México, y es la primera cafetería de su tipo en este país y quizá en el mundo, con excepción de Japón.

Según la propietaria del café, Miki Nakai, «en Japón también es algo más o menos nuevo de la cultura. Desde hace cuatro o cinco años existen allá este tipo de cafés«.

El lugar parece más un restaurante de comida japonesa que una cafetería canina. La decoración del sitio es minimalista, las cuatro o cinco mesas que hay son cuadradas, de líneas muy simples, con un centro de mesa muy delicado. Las sillas son poltronas de formas modernas, los colores claros y neutros.

Los clientes, perros de todas las razas y tamaños, se sientan al lado de sus amos para esperar que los atiendan. De una mesa a otra, tanto perros como sus dueños, se cruzan miraditas discretas, que muy pronto dan paso a animadas conversaciones sobre sus animales.

A LA CARTA

«Un día hice un pastel para el cumpleaños del perro de una amiga y poco a poco otras personas me pidieron si podía cocinar para sus perritos. Y así fue como comencé en esto«, comenta Kakai.

La idea es proporcionar a los perros y sus dueños un lugar donde pasar un rato juntos, sin las restricciones que hay en restaurantes y cafeterías, donde la entrada con animales está prohibida.

En esta cafetería, los perros, de todas la razas y tamaños, comen verdaderas exquisiteces: sándwich de pollo y pasta con vegetales, molleja de avestruz, carpaccio de res con vegetales y risotto de res y pollo.

BUEN TRATO

Adriana Álvarez es una clienta habitual de la cafetería. «Hay gente que me pregunta por qué gasto tanto dinero en mi perro, pero hay otros que me dicen que mi perro está precioso, y eso es porque lo trato bien«, comenta.

El lugar no es barato. Un carpaccio de res con vegetales y pasta, por ejemplo, cuesta el equivalente a US$3 la porción pequeña, y unos US$5 el plato grande.

Además de comida, también se venden accesorios para los perros, como lujosos collares bordados con incrustaciones de piedras que pueden costar desde US$25 hasta US$100; correas para sacarlos a pasear; incluso bolsas importadas de Los Ángeles y Nueva York para cargar a su perrito y que pueden costar hasta US$370.

En todo caso, Hisachi, el perro de Adriana, parece apreciar muy bien lo que su dueña hace por él, y aunque no puede hablar para decir si le gusta o no la comida que le sirven aquí, «me basta con ver cómo se emociona cuando Miki le trae dos platos, uno con agua purificada y otro con una de las especialidades de la casa: risotto de res y pollo, con galletitas crujientes«.

Hisachi es un perro con suerte. Desafortunadamente no todos los perros reciben el mismo trato. La capital mexicana tiene tasas muy elevadas de perros abandonados en las calles, que terminan en albergues y centros de adopción, de donde luego les cuesta salir hacia un hogar donde los quieran y los mimen así.

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