Las normas anti pantalones de tiro bajo golpean a la población negra

(Agencias / PD).- Las prohibiciones contra el uso de pantalones de tiro bajo que dejan al descubierto la ropa interior golpean todavía más a los ya alienados jóvenes negros, afirmaron expertos de la comunidad negra de Estados Unidos, al tiempo que las medidas amenazan con extenderse a más ciudades.

«Esto afecta a una cierta población que siempre es la que recibe los golpes», dijo Wilhelmina Leigh, investigadora en el centro de Estudios Políticos y Económicos basado en Washington, dedicado a los asuntos de la comunidad negra en Estados Unidos.

«Incluso si no los utilizaran (los llamados pantalones de pierna ancha), el mismo grupo de hombres africano-americano estaría sujeto a un escrutinio más estricto que cualquier otro grupo de gente joven».

«Tatuajes, cortes de pelo a lo ‘punk’ y ‘body-piercing’ son parte de la cultura juvenil, pero nadie legisla contra eso. Claramente, al enfocar la discusión en torno a esos pantalones, se apunta a un grupo con el cual el resto de la población ya tiene otros problemas».

Una media docena de ciudades en Louisiana aprobaron leyes locales contra los pantalones de tiro bajo, con el argumento de que son indecentes, y otra docena de ciudades y pueblos, entre ellos Atlanta, Baltimore, Dallas, Opa Locka, en Florida, y Yonkers, en Nueva York, meditan la instauración de prohibiciones.

La consejera Patricia McDow, elaboró un borrador de resolución para prohibir los pantalones anchos en Yonkers, pero dijo que su motivación se origina en otros asuntos y no en preceptos morales.

«Elaboré el borrador ante la solicitud de la coalición contra las pandillas de la comunidad… y porque queremos que los adultos jóvenes entiendan la historia de esta vestimenta».

«Los pantalones anchos se originaron en el sistema carcelario. Queremos enseñar a nuestros niños y jóvenes a que dejen a un lado esa cultura y estén orgullosos de la rica historia que tienen«, agregó.

Los pantalones varias tallas más grandes fueron incluidos en el vestuario de los adolescentes -especialmente negros- en los años 1990, cuando se popularizó la música hip-hop, asociada a la cultura de pandillas, también llamada ‘gangsta rap’. La moda proviene de las cárceles de Estados Unidos, donde a los convictos se les quita los cinturones por seguridad.

«Está mal que los hombres negros jóvenes caminen con estos pantalones emulando lo que es una moda carcelaria«, dijo la ex reina de belleza de Louisiana, Faith Jenkins, que ahora es una abogada en una firma internacional de Nueva York.

«Existe un número sorprendente de jóvenes negros en prisión en este país y se ha convertido en casi una profecía el hecho de que muchos de ellos terminan presos tras emular una cultura carcelaria todos los días de su vida en la forma en la que visten, hablan y actúan».

Cifras divulgadas recientemente por la oficina del censo de Estados Unidos revelan que el 41% de los convictos en 2006 eran negros, aunque la comunidad negra es sólo el 12% de la población total del país.

Las penas por violar las normas contra los pantalones anchos van desde una multa que sube cada vez que el pantalón baja, como en Alexandria, Louisiana, hasta un posible paso por prisión en Delcambre, Louisiana.

Los críticos contra estas medidas entienden que no hacen más que agregar nuevas dificultades a los jóvenes negros. «Estoy preocupada de que estemos creando más prontuarios criminales para jóvenes negros y exponiéndolos todavía más al sistema de justicia criminal», dijo Jenkins.

El profesor de sociología de la Universidad de Pennsylvania Chad Dion Lassiter dijo que legislar contra la moda «aleja todavía más a los ya rebeldes jóvenes», y urgió a quienes utilizan los pantalones de tiro bajo a que se los suban por iniciativa propia. «Los hombres negros jóvenes asustan a algunas personas blancas, y a veces hasta otros negros, ya sea que usen sus pantalones colgando o una camisa y una corbata», explicó.

«Pero no quiero que la gente joven cambie su vestimenta para que puedan ser aceptados y que los demás no les tengan miedo. Quiero que su vestimenta cambie porque mejorará la imagen que tienen de ellos mismos. Hay un problema de imagen en el corazón de todo esto».

«Subirse los pantalones es algo que necesitan hacer sin que nadie les diga que lo hagan«, concluyó.

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