Investigaciones comprobaron que el placer de comer ciertos alimentos está inscripto en los genes. Tras estudiar a 3.000 gemelas idénticas de 18 a 79 años, un equipo de investigadores ha demostrado la coincidencia entre estas personas que comparten toda la configuración genética.
Antiguamente se creía que los gustos culinarios estaban relacionados con la cultura y la educación. Sin embargo, habría algo más profundo que eso.
Según la investigación del Kings Collage, las preferencias están inscritas en los genes y dependen de la herencia.
Los datos arrojados demostraron que entre el 41 y el 48% de los condicionantes para que guste una comida dependen de la genética.