Gregorio López Raimundo, líder comunista

(PD/Agencias).- Adiós a un histórico líder del comunismo catalán y a uno de los protagonistas de la transición democrática en España. El que fuera secretario general del PSUC de 1965 a 1977, Gregorio López Raimundo, uno de los más destacados luchadores antifranquistas, falleció este sábado en Barcelona a los 93 años de edad.

López Raimundo, que fue galardonado en enero del 2006 con la Medalla d’Or de la Generalitat, sufría graves problemas circulatorios. Su funeral transcurrirá hoy a mediodía en la intimidad familiar. Será incinerado.

La vida de López Raimundo, nacido en la localidad zaragozana de Tauste en 1914, se centró en la defensa del comunismo y de las libertades en España, y su trayectoria estuvo marcada por el exilio y la actividad clandestina. Casado con la escritora Teresa Pàmies, tuvieron dos hijos, uno de ellos, Sergi Pàmies, escritor, como su madre.

LA TRAYECTORIA
López Raimundo dejó la escuela a los 12 años, edad en la que comenzó a trabajar. Llegó a Barcelona cuando tenía 17 años, y con el tiempo se convirtió en un símbolo de la integración de la inmigración en Cataluña.

Fue sastre y aunque ya se consideraba politizado antes de la guerra civil, quedó marcado por un hecho que le decidió a comprometerse de por vida: el 22 de julio de 1936, su hermano Antonio, dirigente de la UGT, fue asesinado en un control anarquista.

Durante la guerra, ya afiliado a las Joventuts Socialistes Unificades (JSUC), fue comisario político en el frente de Aragón. Tras la contienda, fue recluido en el campo de concentración francés de Saint Cyprien, del que se evadió.

Junto con compañeros de lucha, se exilió en México hasta 1945, cuando regresó a Francia. Dos años más tarde entró en Catalunya, donde pasó su primer gran periodo de trabajo en la clandestinidad hasta que fue detenido en 1951. Aguantó sin confesar las terribles palizas a las que fue sometido.

La presión internacional le evitó la pena de muerte. En 1954 fue liberado con la condición de que abandonara España. Volvió a México, para regresar de nuevo a la labor clandestina en Cataluña en 1960.

Desde entonces, y hasta la muerte de Franco, residió en Barcelona durante largos periodos en distintos domicilios, sin que su cara fuera conocida ni para la policía ni para muchos de quienes conocían su lucha política.

LA MUERTE DEL ‘GUTI’
Tras la legalización del PSUC, en 1977, López Raimundo puede ver por primera vez su nombre auténtico en el buzón de su casa. Ese año, tras 12 en el cargo, propone como nuevo secretario general del partido a Antoni Gutiérrez Díaz, que le reemplaza.

La muerte del Guti, en octubre del 2006, le impactó. Como lo hizo su asistencia a un homenaje póstumo a Gutiérrez Díaz, del que López Raimundo salió tocado por la emoción.

Retirado de la política activa en 1985 –fue diputado en el Congreso tres legislaturas–, el histórico dirigente del PSUC lo abandonó en 1997, cuando las discrepancias entre su dirección y el líder de IU, Julio Anguita, fracturaron a los comunistas catalanes.

Convencido de la necesidad de recuperar lo que representó el PSUC, López Raimundo se fue a Esquerra Unida i Alternativa, donde militaba. Era presidente de honor del PSUC-Viu, uno de los grupos que integran EUiA.

REFERENTE

El coordinador general de EUiA, Jordi Miralles, lamentó la pérdida de «un comunista valiente y coherente». «Hoy es un día muy triste para los comunistas y para todos los demócratas de Cataluña, nos ha dejado un hombre valiente, coherente y unitario», declaró. El líder de IU, Gaspar Llamazares, lo calificó de «símbolo de la memoria del antifranquismo y de la transición».

El Govern transmitió su condolencia a la familia. Fueron solo algunas de las muchas reacciones que causó la muerte de un comunista que se sorprendía de que todos le vieran como una buena persona y que afirmaba que incluso sin el PSUC, se sentiría psuquero.

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