David Beckham está sufriendo estos días un agravamiento de su trastorno obsesivo-compulsivo. Y no ha sido el regreso de su esposa, Victoria, a los escenarios lo que le está provocando ansiedad, sino las comidas familiares asociadas a las fiestas navideñas. Y es que los padres del futbolista están divorciados y no se llevan bien.
A todo ello se une el problema de que el padre de David no aguanta al de Victoria, según informa la edición digital de El Mundo.