La nacionalidad francesa de Carla Bruni tendrá que esperar. La top model italiana metida a cantante, que se casó el sábado con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, no podrá adquirir este estatus automáticamente, como había afirmado el secretario general de la Presidencia, Claude Guéant.
La legislación en vigor lo impide. El texto legal dice exactamente: «El matrimonio no ejerce de efecto automático sobre la nacionalidad. El cónyuge extranjero o apátrida de un francés puede, pasados cuatro años de la unión, adquirir la nacionalidad francesa mediante una declaración, a condición que la convivencia afectiva y material de la pareja no haya cesado después del matrimonio». Esto se podría traducir en unos 5 años.
Además de esto, el cónyuge debe atestiguar «un conocimiento suficiente de la lengua francesa» (lo que no sería un problema para Bruni) y haber vivido al menos tres años de manera ininterrumpida en Francia, desde el matrimonio.
Por otro lado, la prensa rosa comienza a especular sobre la posibilidad de que la nueva primera dama francesa esté ya embarazada. La revista italiana Chi ha publicado hoy que Bruni ha declarado «a sus amigos más íntimos» que está embarazada de tres meses y que el bebé es un varón.
Un vestido de novia de Hermès
La revista también aporta detalles sobre la reciente ceremonia nupcial. Cuenta que el vestido de Bruni era un diseño de Hermès y que, tras la boda, los recién casados ofrecieron un almuerzo «informal» en el hotel Ritz de París, mientras que la celebración nocturna tuvo lugar en La Lanterne, residencia oficial de fin de semana del presidente en Versalles, cerca de la capital. Entre los testigos, cita a Mathilde Agostinelli, amiga de la ex esposa de Sarkozy, Cécilia.
