Tras aterrizar esta mañana en el aeropuerto de Heathrow, Sarkozy y su joven y guapa esposa, le esperaban Isabel II y sus consortes, que escucharon solemnemente la Marsellesa e iniciaron un paseo en carroza hasta el castillo de Windsor. Era el debut internacional de Carla Bruni como primera dama francesa.
Es la cara protocolaria de una visita que, entre el miércoles y el jueves, tiene una agenda tan apretada como trascendente. En un honor conferido a muy pocos jefes de Estado, el presidente francés pronuncia esta tarde un discurso ante el Parlamento y dejará unas flores en la tumba del soldado desconocido. Por la noche será agasajado por la reina con una cena de gala a la que asistirán políticos, empresarios y personalidades de los dos países.
