Explicación científica del por qué las guapas se juntan con los feos

Explicación científica del por qué las guapas se juntan con los feos

(PD).- ¿Que hace una deslumbrante chica como Elsa Pataky con un tipo como Adrien Brody, que si por algo no destaca es por su belleza física, según el gusto imperante en nuestra sociedad? ¿Era ciego el amor de la atractiva Mia Farrow por Woody Allen? ¿Y el de Carla Bruni por Sarkozy? ¿Qué ha visto Padma Lakshmi en Salman Rushdie?

Y sin remitirnos a los famosos, ¿por qué las chicas más guapas de la discoteca se juntan a veces con tipos más bien feos?

La explicación clásica es que ellos se fijan más (a veces sólo) en el físico a la hora de elegir pareja, mientras que ellas miran lo que se denomina la belleza interior. Un estudio alemán afirmó recientemente que ellos buscan la belleza y ellas la riqueza.

Ahora, James McNulty, un investigador de la Universidad de Tennessee (EE UU), ha decido buscar otra explicación científica, según ha publicado El Periódico de Catalunya.

La conclusión es que las guapas se juntan con feos porque así las parejas funcionan mejor. McNulty, psicólogo especialista en relaciones maritales, decidió dar un paso adelante con respecto a los estudios que demuestran que los rasgos físicos son determinantes en la etapa de seducción y estudiar el papel de la belleza en las relaciones consolidadas.

Para ello, según la información de El Periódico, reclutó a 82 parejas que habían contraído matrimonio en los últimos seis meses, y que antes de eso habían estado juntas al menos tres años.

A las mujeres las clasificó según la belleza de sus rostros en una escala del 1 al 10; la mujer 10, por supuesto, era la mujer perfecta. Consciente de que la belleza es un valor subjetivo, McNulty se basó en estudios previos que establecen pautas universales.

Un tercio de las parejas respondían al modelo de mujer más guapa que el hombre; otro tercio, al de hombre más guapo que ella. En el tercio restante había equilibrio.

A partir de ahí, la consigna que recibieron fue: discutan. Fueron peleas de 10 minutos grabadas en vídeo sobre temas personales, que McNulty analizó luego para comprobar hasta qué punto los maridos respaldaban a sus esposas.

En términos generales, los esposos que se portaban bien tenían a las mujeres físicamente más sobresalientes.

Pero esa no fue la única conclusión: McNulty descubrió que en las parejas de hombres más guapos ninguno obtenía del otro el respaldo que esperaba. El científico esboza la siguiente teoría:

«El hombre físicamente menos atractivo que su esposa tiene la sensación de estar disfrutando de algo más de lo que podría esperar. Está obteniendo algo mejor de lo que él mismo puede proporcionar a ese nivel, así que trabaja duro para mantener la relación».

En otras palabras, se esfuerza por compensar.

La mujer quiere respaldo

Que la mujer no da demasiada importancia al físico de su pareja es algo que más o menos se sabía. Respaldo, lo que quiere es respaldo.

El primitivo hombre funciona de otra manera, y -dice McNulty- cuando se casa con una mujer que no está a su altura (es menos guapa) siempre está pensando en que podría haber conseguido algo mejor. Siempre. Vivirá pues instalado en una especie de eterna insatisfacción, puede que mirando por la calle a las mujeres que pasean del brazo de los feos y preguntándose por qué que el mundo es tan injusto. Y de esos hombres, concluye, no se puede esperar respaldo ni compromiso.

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