El príncipe Felipe ordenó destruir el diario de doña Letizia

El príncipe Felipe ordenó destruir el diario de doña Letizia

Cuando Letizia Ortiz inició su romance con el príncipe Felipe, su vida cambió radicalmente. La vorágine a la que se sometió aquellos meses le llevó a comenzar un diario para escribir sus pensamientos y reflexiones. Sin embargo, fue destruido tras contárselo a Felipe, que consideraba un «riesgo que un texto personal con impresiones personales caiga en manos ajenas».

Es uno de tantos y tantos detalles que publica El Mundo. De la mano de Alfredo Urdaci, se cuenta que antes de ser princesa sufrió un accidente de coche en septiembre de 2003, en el madrileño túnel de O’Donnell durante un día de intensa lluvia. Tras este suceso, dos motoristas de seguridad de la Zarzuela la recogieron para trasladarla al edificio de Torrespaña.

Muy criticada

Han sido cuatro años en los que sólo la fuerte convicción por el trabajo que decidió desempeñar han impedido que sucumba a las críticas generadas desde muchos sectores, bien por su condición no Real, su divorcio o sus primeras apariciones junto a don Felipe, al que, según muchos, ésta interrumpía de modo maleducado, quitaba protagonismo en pos de su propia ambición, de manera fría, agresiva y calculadora. El País también ha publicado un extenso reportaje sobre la vida de doña Letizia.

Una princesa que «no es la más glamurosa», pero que sabe lo que hace, sabe lo que viste y sobre todo, que vende. Nada escapa al detalle de la prensa, especialmente la ‘rosa’, que hasta el momento, y no parece que la tendencia ya vaya a cambiar, exalta todas y cada una de sus apariciones en público, pese a que Letizia no sepa posar, abra mucho los ojos y permanezca en muchas ocasiones rígida concentrada en un punto indeterminado, como ausente.

Una princesa cercana

La prensa y la gente trata de retratar con mil flashes a Letizia, de recoger su estado de ánimo en una imagen. Pero ella espera algo más como la ‘princesa del pueblo’ que es. Quiere relacionarse, acercarse, vivir también como un ser humano corriente y normal.

Su vida matrimonial, normal para los que la rodean, necesita alimentar de noticias a la prensa, algo, que al no generarse a la velocidad que muchos medios rosas precisan, provoca que salten al ruedo multitud de rumores, sobre los que sus allegados apuestan. «El próximo, ya estamos apostando sobre él»: puede ser que esté embarazada de un varón o que los Príncipes duerman en habitaciones separadas.

Los peores momentos

Ser princesa no es fácil. Eso es algo que Letizia supo desde antes incluso de ser princesa, cuando tuvo que visitar a las muchas víctimas del atentado del 11-M. La vida, y no los rumores, también la han golpeado con dureza estos cuatro años. Dos malos embarazos, dos cesáreas, dos periodos de lactancia, aunque dos hijas, Leonor y Sofía, llenas de salud. Sin duda, el momento más duro fue la muerte de su hermana pequeña.

«¡Qué mal nos llevamos!, ¿verdad, Letizia?»

Los rumores sobre su relación con los Reyes también le han costado más de un disgusto. En la última Pascua Militar, el Rey bromeó sobre el asunto: «¡Qué mal nos llevamos!, ¿verdad, Letizia?». Los gestos entre ella y los monarcas se han sucedido para dar a entender que su relación es buena.

«Delgada por naturaleza»

Sonrisa permanente con una dentadura perfecta, trato cariñoso, tranquila y cómoda en su papel. Delgada desde los omóplatos hasta los tobillos, de cristal. De frente más guapa que de perfil, debido a una nariz y barbilla prominentes.

Su delgadez es fruto de su constitución, según asegura. Su madre era también así, y también sus hermanas. Dice que no es delito ser delgada, algo que ha sido fuente de rumorología durante estos cuatro años: ¿era o es anoréxica? Así es de cerca Letizia, una mujer que pregunta más que responde, que gusta de debatir y opinar, con una memoria y una verborrea envidiables.

Su gran ayuda, la Reina doña Sofía

No ha necesitado de profesores ni tutores especiales para aprender a desempeñar su labor. Si hay alguien que le ha ayudado con el protocolo y en sus primeras elecciones de trajes, esa ha sido la Reina. Aunque también es cierto que hoy, Letizia, ya elige su propia vestimenta, sus peinados. No tiene asesor de imagen, prácticamente lo hace todo sola.

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