Sharapova se hunde en la soberbia

Sharapova se hunde en la soberbia


(PD).- ¿Demasiados pendientes de Tifanny, demasiado dinero en su cuenta bancaria? Algo es seguro: demasiada soberbia. La rusa María Sharapova se despidió de Roland Garros abucheada por el público y con un show de respuestas ácidas y despectivas cuando se intentó saber qué pasa por su mente.

La número uno del tenis mundial no es, definitivamente, la jugadora más simpática del circuito. «Oh, mi dios. . . Los amo», fue su irónica y displicente respuesta cuando se le preguntó por sus sentimientos tras la derrota y el abucheo que le dedicó el público.

Sharapova fue eliminada por su compatriota Dinara Safina en los octavos de final del Abierto de Francia, en una batalla de tres horas que se cerró 6-7 (6-8), 7-6 (7-5) y 6-2 a favor de la aparentemente más débil.
El choque, suspendido por lluvia cuando promediaba, fue seguido por un numeroso público en el estadio Suzanne Lenglen, el segundo escenario en importancia en el complejo de Roland Garros.

Sharapova, que ascendió al número uno el mes pasado tras el abrupto retiro de la belga Justine Henin, se retiró fuertemente abucheada por el público tras la derrota. Los espectadores no le perdonaron sus poses de diva ni su mal carácter durante el partido.

El año pasado, pese a llegar hasta las semifinales, Sharapova dijo haberse sentido como «una vaca sobre hielo» en su paso por la arcilla, la superficie que más penaliza su juego de golpes planos y poco creativo.
Vestida de negro, jugando nerviosamente con su teléfono móvil y con la mirada huidiza, la rusa resumió su derrota sin dar demasiado crédito a su rival: «Fue una combinación de no aprovechar mis posibilidades y de mala suerte».

¿Es una presión extra defender el inesperado número uno que cayó en sus manos tras el inesperado retiro de la belga Justine Henin? Sharapova, de 21 años, ni miró a su interlocutor, al que casi no dejó terminar la pregunta. «No tiene nada que ver con eso. . . «.

Más molesta aún se la vio cuando se le mencionó el abucheo de los espectadores y que no era la primera vez que algo así le sucedía en Roland Garros.

«¿Fueron hostiles conmigo el año pasado? No puedo caerle bien a todo el mundo. Soy una deportista, no está en mis obligaciones laborales (caer bien). Pagaron la entrada para verme, así que deben apreciar algo de lo que hago, ¿no? «.

Nacida en Siberia, Sharapova dejó Rusia cuando aún era una niña para trasladarse a Florida, Estados Unidos, y formarse como tenista en la academia de Nick Bolletieri. Creció lejos de su madre y rodeada de gente desconocida.

«Nada es fácil», remató hoy clavando una mirada desafiante en los periodistas. «No es fácil salir a jugar, no es fácil escribir una historia increíble que a todos les guste».

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