La princesa de la última boda real firmó un contrato aterrador

La princesa de la última boda real firmó un contrato aterrador


(PD).- La Reina Margarita no se anda con chiquitas como demostró con el contrato bis de Mary Donaldson. La damnificada es ahora Marie Cavallier, todavía de luna de miel con el príncipe Joaquín. Se casaron hace apenas dos semanas en una ceremonia muy emotiva en la que no sólo lloraron la novia, Marie, y su madre, sino también el novio, Joaquín, hijo menor de Margarita de Dinamarca.

Mientras la pareja de recién casados se encuentra de luna de miel, la revista danesa Ekstra Bladet ya se ocupa del tema de ¿qué pasaría si el matrimonio fracasara y Marie y Joaquín decidieran divorciarse?

Pues el caso es que la cosa se pondría fea para la recién nombrada Marie Agathe Odile, Princesa de Dinamarca y Condesa de Monpezat que ha tenido que cambiar no sólo de nacionalidad, sino también de religión para casarse con su príncipe azul.

Según ha sabido este medio, a Marie no le correspondería absolutamente nada. Ni una casa, ni un piso, ni dinero. Ni tampoco nada de lo que Joaquín herede algún día de la reina Margarita.

Marie sale desde luego mucho peor parada que la primera mujer de Joaquín y madre de sus hasta ahora únicos hijos Felix y Nicolás, la princesa Alexandra, actual condesa de Frederiksborg, que sí tiene derecho a una casa apropiada. Lo único a lo que tendrá derecho Marie es a los regalos que la pareja reciba durante su matrimonio de familiares, amigos o conocidos.

Mary Donaldson, la esposa del príncipe heredero Federico, también tuvo que firmar una clausula nueva, meses después de su matrimonio, que empeoraba un poco su situación en el caso de divorciarse del padre de sus hijos Christian e Isabella.

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