(PD)-. Los Sanfermines ya están de luto. Apenas comenzados y sin haber corrido todavía los toros, ya hay un muerto. Un joven, posiblemente de nacionalidad irlandesa, sin documentación, ha fallecido al precipitarse desde la zona superior de la Muralla del Redín, en Pamplona.
EMPIEZA LA FIESTA
Tras estas palabras de la portavoz de Nafarroa Bai en el Ayuntamiento de Pamplona, Uxue Barkos, desde el balcón central de la casa consistorial se ha prendido la mecha del cohete que da nombre al famoso chupinazo con el que se han inaugurado este mediodía las fiestas de la capital navarra.
Barkos, que ha salido al balcón junto a la alcaldesa, Yolanda Barcina, ha elevado la voz ante las miles de personas congregadas en la plaza consistorial y en las calles de alrededor, así como en otros puntos de la ciudad, donde se han instalado pantallas gigantes de televisión para seguir la apertura de las fiestas sin las aglomeraciones del centro neurálgico.
Con el pañuelo rojo en alto y dirigido hacia la fachada del ayuntamiento, entre gritos, bajo el lanzamiento de litros de cava, los confetis blancos y rojos disparados desde la casa consistorial, y entre empujones, así recibían en Pamplona la fiesta grande de la ciudad y una de las más conocidas en todo el mundo.
DESALOJADOS EDILES DE ANV
Momentos antes de que se lanzara el cohete, agentes de la policía municipal han desalojado de la sala del consistorio desde la que se sale al balcón principal a dos ediles de ANV, Mariné Pueyo y Mikel Gastesi, al intentar desplegar la ikurriña en la fachada del Ayuntamiento.
Tras el chupinazo de Barkos, los demás concejales pamploneses han ido prendiendo sucesivos cohetes, anunciando la salida de la banda de gaiteros del ayuntamiento que, como todos los años, se ha abierto paso en la plaza entre la multitud.
Como ya es habitual, durante las primeras horas de la mañana agentes policiales han requisado en los accesos al casco antiguo huevos, harina, ketchup y demás productos que los más jóvenes utilizan para tirarse entre ellos.
Con el pañuelico rojo ya anudado al cuello, los pamploneses y visitantes se adentran en nueve días de fiesta y desenfreno. Mañana será el día grande, festividad de San Fermín, y tendrá lugar la procesión en honor al santo por las calles del casco antiguo de la ciudad.
