Alemayehu Bezabeh: el atleta que durmió en la calle

Alemayehu Bezabeh: el atleta que durmió en la calle

(PD).-Alemayehu Bezabeh llegó en 2004 desde Etiopía a España por la puerta de atrás, sin dinero y sin contactos. También sin papeles. Su historia no era entonces diferente a las miles de dramáticas aventuras personales de inmigración desde África a España.

Lo cambió todo la suerte, un hogar de acogida y su talento, un talento inmenso para correr. Ahora es el último ‘fichaje’ del atletismo español, con un pasaporte expedido el mes pasado por ‘carta de naturaleza’, que permite, «en interés general de la nación», acortar los plazos del proceso con el que sueñan muchos inmigrantes, según informa Mundo Deportivo.

Bezabeh, quien según un estudio radiológico de la Comunidad de Madrid tiene 21 años, llegó en 2004 a España en avión, como uno de tantos inmigrantes ilegales. «Dormí un mes en un banco de un parque de Cuatro Caminos. Pensé en volverme a mi país, pero, por suerte, comencé a correr en el club Bikila».

Entonces entró en su vida una persona que cambió su destino: Isidro López. El dueño de las tiendas Bikila y patrón del equipo del mismo nombre le acogió en su club. Hoy el hijo de Isidro, Javier, nos ayuda para entendernos con Bezabeh. Javier López también es atleta y fue campeón de España de Campo a Través en 1999, 2000 y 2004. De Alemayehu Bezabeh sólo habla maravillas. (VEA EL REPORTAJE QUE HIZO CANAL PLUS)

«El año pasado ganó la carrera Internacional Popular de Canillejas, en Madrid, y la Jean Bouin de Barcelona. Esto le ha dado mucho prestigio. Pero los que le conocemos desde hace tiempo sabemos que lo mejor de Alemayehu está por llegar. Según escribe Pedro Touceda en ABC, es difícil hacer pronósticos que se cumplan al cien por cien en esto del atletismo, pero quizá estamos en estos momentos junto a un futuro campeón olímpico.» Bezabeh sonríe ante tal afirmación y expresa con cierta timidez que su amigo exagera. «Ya me gustaría a mí… Eso es a lo máximo que aspira cualquier atleta, pero hay que trabajar mucho. Ir despacio. Ahora, lo primero es resolver también otros problemas.»

Actualmente entrena mañana y tarde con atletas españoles de la talla de Reyes Estévez, Luismi Berlanas o Eugenio Barrios y vive en Vicálvaro «junto a otros tres compatriotas. Con lo que gano en las carreras me pago mi habitación, que me cuesta unos 250 euros al mes». Este atleta etíope, de cuerpo escurrido y piernas larguísimas, tiene claro que corre para vivir mejor y que «un atleta siempre está en guerra con la pista».

LLEGAR SIN UN DURO

Llegó del país de los mejores atletas -Kenenisa Bekele, Haile Gebrselassie-, sin un duro, mucha ambición y más hambre. Durmió meses en el parque de Bravo Murillo, en Madrid, comió en los comedores de auxilio social, y sólo por una carambola acabó en Karibu, donde, visto que la Comunidad determinó que no era menor -tras mirarle por rayos X la muñeca decidieron que tenía 18 años y un día-, el padre Antonio Díaz, guiado por la máxima de que hay que buscarse la vida como sea, le tramitó una solicitud de asilo político, según cuenta El País.

Allí le pusieron en contacto con otro atleta etíope asentado en Madrid, Fedaku Bekele, quien le llevó a su club, el Bikila, el bien llamado -Abebe Bikila es la leyenda del atletismo etíope, campeón olímpico del maratón de Roma-, le devolvió a la vida.

«NO ES HUMANO, ES UN ROBOT»

Su entrenador, Manuel Pascua, no lo duda: «No es humano, es un robot. Ha batido a todos los atletas españoles y si necesitara tirar más, lo haría». Alemayehu Bezabeh reconoce que no tiene tiene mucho tiempo para el ocio ni para salir. «Cuando no estoy corriendo o en el gimnasio veo un poco la televisión», concluye el etíope.

Durante una entrevista con el diario 20 minutos, Alemayehu nos desvela el secreto de la superioridad africana en las largas distancias: «Allí hay más altitud y cuando venimos a Europa todo es más fácil». Además, el etíope elige sin titubeos el espejo en el que mirarse y afirma que su ídolo es Gebrselassie (doble oro olímpico y cuatro veces campeón del mundo en 10.000 m); me encanta verlo correr, aunque Bekele también es muy bueno».

RECUERDOS DE ETIOPÍA

De su país extraña la comida, el clima, los amigos, la familia… Aunque sus dos hermanos, como él, emigraron de Etiopía hace tiempo. «Mi hermana vive en Nueva York y tengo un hermano mayor, de 33 años, que está en Australia. Él también es atleta; compite en la media maratón, pero nunca ha llegado a figura.»

Cuando era un chaval, Bezabeh ya admiraba las gestas de su compatriota Haile Gebrselassie. «Es el gran ídolo en Etiopía. Siempre me ha gustado su forma de correr. En mi ciudad, Aselda, jugaba como todos los niños al fútbol, también montaba en bici y corríamos para emular a las figuras de allí, aunque yo entonces no sabía que iba a dedicarme al atletismo. Ahora, sin embargo, todo está muy claro. Sólo quiero ser atleta y ganar algún día las carreras más bonitas. Y las más bonitas de todas son las que se celebran en los Juegos Olímpicos.»

Un pasaporte lo ha cambiado todo. Con él puede ponerse la misma camiseta roja que dos campeones de Europa, Alberto García y Jesús España, con los que se ganó el billete olímpico pese a andar renqueante (13’20″46), y saludar, en las eliminatorias de 5.000, a sus ex compatriotas etíopes.

GRAN ACTUACIÓN EN PEKÍN

Alemayehu Bezabeh recompuso la maltrecha imagen del atletismo español en los Juegos de Pekín al clasificarse para sus respectivas finales marcando hitos históricos. Por primera vez en unos Juegos, España tuvo a dos atletas en la final de 5.000: Jesús España y Bezabeh.

A tres vueltas del final Alemayehu se puso al frente y permaneció en puestos delanteros al toque de campana. Siete atletas se jugaron al esprint las cuatro plazas de acceso directo y el español, vencido en el mano a mano con Kidane Tadesse, terminó quinto con un registro de 13:37.88 que le dio el pase a la final en la repesca.

La final olímpica de 5.000m fue de claro color africano y donde nuestros dos atletas españoles presentes poco o nada pudieron hacer ante el «endiablado» ritmo del etíope Bekele y compañía, que ya desde el inicio se encargaron de endurecer la final.

El campeón de España, el madrileño Jesús España, intentó mantener el tipo pero posiblemente no recuperara igual tras la serie eliminatoria de días antes, al final 14º. Bezabeh, debutante en unos Juegos y ya sabe lo que es correr una final olímpica, finalizando 11º con 13:30.48; tiene ante si un futuro esperezandor por delante.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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