El ex de Madonna, de promoción en Londres

El ex de Madonna, de promoción en Londres

(PD).- Guy Ritchie estrena por partida doble en España: Revólver, su cinta influida por la cábala, y RocknRolla, su emancipación definitiva de la diva del pop. Vuelve el Ritchie del humor macarra, la vida en el pub y la devoción casi patológica por todo lo mafioso.

Según cuenta Brenda Otero en El País, en una entrevista en Londres, el ex de Madonna asegura que la mayoría de las cosas que se cuentan sobre él en la prensa, son metiras.

A pesar de que antes de la entrevista se nos insta a evitar cuestiones de índole personal, resulta inevitable colar una pregunta sobre Madonna:

¿Es cierto que una vez le pidió que no fuera por ahí enseñando las frambuesas?

«¿Qué es eso?», replica Ritchie genuinamente sorprendido. Se supone que es la palabra cockney (argot londinense) para referirse a los pezones.

«¡Yo no he dicho eso!», exclama entre carcajadas.

«La mayor parte de las cosas que se cuentan sobre mí son mentira. Pero como no me entero, pueden decir lo que quieran».

Está inmerso en el rodaje de la nueva versión de Sherlock Holmes, con Robert Downey Jr. y Jude Law como Holmes y Watson. También prepara un título infantil de animación y quiere filmar una película bélica: «Me atrae la II Guerra Mundial, pero no te puedo contar más o me meteré en un lío».

Tampoco puede revelar sus fuentes para mantenerse al tanto de las tendencias en el mundo del crimen organizado. «Trabajo con un par de criminales profesionales. No sé si les puedo llamar así», dice girando el cuello. Una mujer sin identificar sigue de lejos nuestra conversación, y Ritchie busca con la mirada su aprobación en varias ocasiones a lo largo de la entrevista. «Les explico mi proyecto, ellos hacen unas cuantas llamadas y me cuentan lo que ocurre por ahí. Digamos que son mis consultores. Nos conocemos desde Snatch: cerdos y diamantes y normalmente quedamos en el pub».

Durante un tiempo, Ritchie fue el tipo más popular en todos los pubs británicos. Aquejado de dislexia, dejó los estudios a los 15 años y empezó a trabajar de chico para todo en productoras de cine. A nadie parecía importarle que este hijo de familia acomodada, educado en un elitista internado, adoptase un acento cockney. Durante los noventa representaba al lad (chaval) inglés de la época: gamberro, algo machito, irónico y cafre. Como sus películas.

Tras el estreno de Lock & stock en 1998, la mitad de la población joven inglesa se sabía diálogos de la película de memoria. Se le aupó como el Tarantino inglés y se convirtió en uno de los responsables junto a Danny Boyle (Trainspotting) de la renovación del cine británico. «Con sus dos primeras películas consiguió algo muy especial, hacer que los británicos se sintieran orgullosos de serlo. Yo veía Lock & stock una y otra vez», declara el actor Gerard Butler, que interpreta al macizo ladronzuelo One Two en RocknRolla.

En 1999, Trudy Styler, mujer de Sting y productora de Lock & stock y Snatch, invita a Ritchie y a Madonna a una cena en su mansión de la campiña inglesa. Y el resto es historia. La ambición rubia se queda embarazada de su hijo Rocco y celebran bodorrio, plagado de invitados famosos, en un castillo de Escocia.

Aunque inicialmente los ingleses se enorgullecen de que la reina del pop se fijara en uno de ellos, progresivamente los buenos deseos para la pareja se van agriando. Guy, al que se le empieza a llamar Mr. Madonna, está, a los ojos del público, cometiendo el imperdonable error de tomarse demasiado en serio.

Su mujer le arrastra a sesiones de cábala (Revólver, la película que rodó en 2005 y que se estrena la semana que viene en España, incluye veladas referencias a este culto) y a adoptar niños al más puro estilo Brangelina.

Pero Ritchie asegura que no está «encumbrado» y sigue siendo el mismo de siempre: «No voy mucho por Los Ángeles, pero allí tengo a colegas ingleses. Por ejemplo, este cantante de pop que se llama Terry no se qué». ¿Se refiere a Robbie Williams? Encumbrado no estará, pero despistado, un rato. «Sí, ése. Robbie tiene un campo de fútbol en su casa. Yo me he pasado por allí, pero no entro en los partidos, juego fatal al fútbol. Prefiero practicar el jiu-jitsu».

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