De la rusa más rica a pedir dinero al Kremlin

(PD).- Elena Batúrina, de 46 años, hace seis meses era la mujer más rica de Rusia y la octava más rica de Europa según la revista Forbes. Su fortuna estimada era de 3.300 millones de euros y estaba casada con el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.

Su proyecto más ambicioso y polémico iba a ser la construcción de un centro cultural y recreativo a la orilla del río Moscú, a dos pasos del Kremlin. El edificio Apelsín, Naranja en ruso (se parece al cítrico su forma), fue diseñado nada menos que por Norman Foster. Con esa inversión, Batúrina aspiraba a tener eco en el mundo.

Con la crisis, se ha convertido en deudas las enormes fortunas rusas y ha descolocado incluso a los empresarios que tienen mano en las altas esferas del poder. La semana pasada, Batúrina, que este año ya no sale en la lista de Forbes, pidió socorro al Gobierno ruso. Para seguir a flote, su imperio de construcción y plásticos, Inteko, necesita garantías estatales para un crédito de 1.100 millones de euros. Pero de momento, el Gobierno solo le ofrece una quinta parte de lo que pide según El Periódico.

Inteko figura en la lista de las 290 empresas clave de Rusia a las que el Gobierno prevé dar garantías para que obtengan créditos. También está la de Oleg Deripaska, el rey del aluminio, hasta hace poco el hombre más rico de Rusia. La firma de Batúrina controla gran parte del sector de la construcción en Moscú, así como un 10% de la producción nacional del cemento. En la región de Moscú es casi monopolista en la fabricación de artículos de plástico.

DAMA DE HIERRO

El auge dela empresa de Batúrina, Inteko llegó en los 90 cuando al empresaria se centró en el sector de la construcción. Hasta este verano los beneficios superaban el 100% por el crecimiento permanente en la subida del precio de la vivienda.

Una invención patentada que dio un primer impulso a los negocios de Batúrina fue una copita de plástico para el vodka. Esa novedad se convirtió en una mina. Otro proyecto con el que hizo su agosto fue el de sustituir los viejos banquillos de madera de los principales estadios de Moscú por butacas de plástico.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído