Eva dejó claro que de momento no hay boda, que no lo descarta en un futuro pero más bien lejano
El mismo año en el que se cumple el 25 aniversario de la muerte de Paquirri, su padre Antonio Rivera ha muerto. Desde que ingresara en el hospital Puerta del Mar de Cádiz aquejado de una dolencia estomacal se temió lo peor, el patriarca empeoró con el paso de los días, ese declive era el preámbulo de su muerte.
Vivir ha vivido porque tenía 89 años, en marzo cumpliría 90. La existencia de sus últimos años estuvo aliviada por los cuidados de su inseparable hija Teresa Rivera quien le mimó hasta el final de sus días. El patriarca del clan sufría demencia senil por lo que requería una atención constante.
A los hermanos Rivera les han llovido las críticas, ni Fran, ni Cayetano, ni Kiko acudieron a ver a su abuelo en sus veinte últimos días de agonía que pasó en el centro hospitalario.
Del hijo de Isabel ya se presuponía, el mal rollo viene de lejos, la millonaria herencia que dejó Paquirri fue el detonante de la ruptura familiar aunque la Pantoja nunca terminó de cuajar en ese clan.
Lo que no se comprende es que los dos toreros no hayan arañado tiempo en sus apretadas agendas para despedirse de su abuelo.
Si echamos la vista atrás, Fran Rivera recogía el pasado 27 de octubre la Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes.
En esos días su abuelo ya estaba grave, habría sido un gesto bonito por su parte dedicarle un trocito de su premio. Vaya por delante que cada uno tiene sus razones y que tal vez sólo él las conozca para entender por qué no quiso darle su último adiós al padre de su padre.
Cayetano sí acudió al entierro en Barbate, abrazó a su tía Teresa. Horas después la llamé para que me contara cómo había sido el encuentro con su sobrino, al fin y al cabo el torero siempre estuvo más apegado a los Rivera.
Ella descansaba, su marido me contó que Cayetano era más familiar y afectivo pero que Fran llamaba cada día para ver cómo estaba la familia.
En los últimos años, el distanciamiento de los hermanos con el resto de los Rivera se ha acentuado.
El detonante pudo ser el homenaje a Paquirri que Antonio Canales Rivera organizó en Zahara de los Atunes hace cinco años, se sacaron fondos y cuando llegó el momento a Fran y a Cayetano no les salían las cuentas.
Tras el entierro de su abuelo, Cayetano fue elegante en sus declaraciones, aclaró breve y conciso los tres titulares:
«Mi hermano Fran no ha venido porque desde que nos dejó mi madre decidió que no volvería a este tipo de cosas porque lo pasa muy mal. De mi hermano Kiko ya sabéis, y para evitar especulaciones Eva no ha venido porque yo se lo he pedido».
Así concluía el torero pidiendo respeto y agradeciendo a los medios el tratamiento que se le había dado a la muerte de su abuelo.
Esa misma tarde Eva González fue la maestra de ceremonias del concurso «Pelo Pantene 09» en la Real Fábrica de Tapices de Madrid.
Recordó sus comienzos porque ella al igual que Laura Sánchez y Paula Echeverría también estuvieron ligadas a la firma hace casi una década.
La expectación por entrevistar a Eva en esos momentos era obvia, numerosos medios acudimos al evento perfectamente organizado por Silvia Murias y Laura Bermejo.
Eva llegó preparada para enfrentarse a la batería de preguntas que sabía que le íbamos a hacer. Es más que probable que Cayetano y Eva acordasen las explicaciones que iban a dar a la prensa, él en Barbate y ella en Madrid.
Eva dejó claro que de momento no hay boda, que no lo descarta en un futuro pero más bien lejano, que está con Cayetano porque piensa que tal vez él sea el hombre de su vida, que lo que es perder el tiempo no lo va a perder y que está divinamente con él.
Me reconoció que se sintió molesta con la portada de Lecturas en la que se anunciaba boda, entre otras cosas porque nadie la llamó para preguntar.
Lo que más me extrañó es que Eva me dijese que se están conociendo y que dejase en el aire que nunca se sabe lo que puede ocurrir, todo a colación de los rumores de crisis en la pareja que surgieron en estos días.
