Prueba de que no se equivocó es que Don Felipe es hoy un hombre nuevo, un marido y padre feliz
Brillar con luz propia no ha debido resultarle fácil a Leticia Ortiz, debido a los muchos obstáculos que ha tenido que sortear en estos últimos años.
El principal, acostumbrarse a ser el centro de las críticas de sus propios compañeros de profesión.
Ella que durante su etapa de periodista y presentadora, se movió sin tener que dar cuentas a nadie, sin dejar cadáveres en su camino, ha tenido que aprender moverse bajo la luz deslumbrante de los focos, y lo ha hecho bien.
Gracias a su tenacidad, a su fuerza de voluntad, se ha convertido en muy poco tiempo en otra mujer, muy diferente de aquella joven que presentaba en TVE el telediario de las 9 junto a Urdaci, y que encandiló al Príncipe Felipe, mucho antes de que Pedro Erquicia hiciera de introductor de embajadores y les invitase a cenar en su propia casa.
De aquella cena salió el Príncipe convencido de que aquella joven merecía la pena. No le importó que no perteneciera a la realeza ni a la aristocracia, le bastó con su mirada limpia y profunda.
Prueba de que no se equivocó es que Don Felipe es hoy un hombre nuevo, un marido y padre feliz, más cercano, con un conocimiento más profundo de los problemas reales de la gente -que Leticia conoce bien porque los ha vivido en propia carne-, de ahí su cambio, que no oculta, porque si bien Leticia le ha dado una mayor seguridad y una proyección que no tenía -dicen que por su excesivamente timidez-, también Don Felipe ha contribuido a convertir a Leticia en la mujer y princesa que hoy es.
Un éxito mutuo que se les reconoce más allá de nuestras fronteras, hasta el punto de que ya se considera a la Princesa de Asturias una de las mujeres más elegantes del mundo, y la favorita de las revistas de nuestro país. ¡Quién se lo iba a decir hace tan sólo unos años!
Me consta el importante papel que ha tenido la Reina Sofía en esta transformación, en este largo proceso de aprendizaje, sus buenos consejos, su generosidad a la hora de darle a Leticia el lugar que le corresponde por ser la esposa del heredero de la corona.
Digan lo que digan Doña Sofía valora mucho la felicidad de su hijo, aún a sabiendas de que el protagonismo de los Príncipes de Asturias, tanto a nivel personal como profesional, oscurece su propia imagen, tan valorada por los españoles.