Esta es la historia de un pequeño que cree que en el Estado de Derecho y entiende que las Fuerzas de Seguridad están ahí para sacar de apuros a los ciudadanos.
En el colegio su profesor le metió en un apuro y no se le ocurrió mejor forma de salir de él que llamar al 911 y pedir ayuda. El agente que atiende la llamada no da crédito de la petición del pequeño que esta atorada con un problema de matemáticas.
Y lejos de colgar y esperar a que llegue otro asunto de mayor importancia, el agente es de la misma opinión que el chiquillo. Las fuerzas de orden público velan por los ciudadanos y están las 24 horas para ayudarles.
La llamada no tiene desperdicio.