El director del geriátrico pide disculpas

El director de la Residencia Virgen del Consuelo de Ciempozuelos, Luis Miguel Aranda, ha pedido disculpas a las familias de los dos ancianos fallecidos en el centro tras pasar varias horas desatendidos en el interior, a la vez que ha admitido su completa responsabilidad en los hechos del pasado sábado.

En una comparecencia de más de siete minutos de duración, un Aranda visiblemente nervioso ha admitido «ser el único responsable» de «un error que ha traído unas consecuencias trágicas» y del que ha pedido perdón a las familias, que fue a las primeras que avisó junto a la Guardia Civil. Del mismo modo, ha pedido disculpas también al personal de la residencia, al entender que ha «estropeado su trabajo diario».

Sobre el relato de los hechos, el director del centro ha recordado que todo sucedió de la forma «más simple y estúpida que se pueda imaginar». En este sentido, ha detallado que recogió a los ancianos con la furgoneta y, al llegar a la residencia, subió primero a los que pueden caminar «porque tienen más riesgo de caída y porque alguno de ellos se puede escapar».

Tras dejarlos en una sala junto a una de las cuidadoras, se dispuso a volver al vehículo a por los dos ancianos que permanecían en sus sillas de ruedas y no ha podido precisar «si fue una llamada de teléfono, una conversación con la encargada o la visita de un familiar de otro anciano» lo que le hizo que le «fuese de la cabeza recoger a los abuelos».

En cuanto al hecho de que nadie percatase en la ausencia de los dos ancianos, Aranda ha destacado que «se han dado todos los factores para que pasase una cosa tan desgraciada», ya que no sólo no se volvió a utilizar la furgoneta durante toda la jornada, sino que «se debieron quedar dormidos» durante el viaje puesto que «a veces ellos mismos golpean en las ventanillas» cuando ven a alguien alrededor.

A ello ha añadido que nadie se dio cuenta de la falta por el hecho de que «hay abuelos del Centro de Día que no asisten todos los días» de la semana, mientras que los ancianos ingresados en el centro están controlados y «en media hora se les localiza» si abandona las instalaciones por medio de una de las puertas «que están siempre abiertas».

El director de la residencia ha afirmado que no fue hasta que volvió a la furgoneta cuando encontró los cadáveres, momento en el que se les trasladó a una habitación «para ver si se podía hacer algo con ellos», aunque allí se comprobó que «no se podía hacer nada». Posteriormente «se avisó a las familias y se les contó exactamente lo que pasó, al igual que a la Guardia Civil».

Del mismo modo, ha agradecido que las familias, dentro de las circunstancias, «se hayan comportado de maravilla», a la vez que ha destacado que «no es fácil encontrar a gente que, en una situación así, lo asuman como lo han hecho». Por último, ha recordado que asumirá las consecuencias y que «nadie se puede imaginar cómo se siente una persona que comete un error así», a lo que ha sumado que querría ser él quien hubiese perdido la vida porque nadie «quiere hacerle algo así a nadie».

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