El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, ha inaugurado este domingo el monumento a José Antonio Labordeta que se ubica a la entrada del Parque Grande, que lleva el nombre de este artista y político aragonés.
Al acto han asistido la viuda de Labordeta, Juana de Grandes y dos de sus hijas, Paula y Angela, además de dos nietas, junto a familiares, amigos y miembros de la Corporación Municipal con representación de todos los grupos municipales.
En el acto de inauguración, Belloch ha recordado que existe una ‘leyenda urbana’ que dice que la relación de Labordeta con Zaragoza «era mixta, de amor-odio», pero ha asegurado que «la realidad es que amaba Zaragoza con pocos matices» para precisar que «no amaba la pequeña y miserable Zaragoza, porque quíen puede amar a esa Zaragoza» se ha preguntado para dejar claro que Labordeta «amaba a la Zaragoza de todos».
Belloch ha destacado que «mientras sea alcalde, Labordeta empezará y terminará las Fiestas del Pilar» para precisar que al inicio de las Fiestas, antes del pregón, se cantará el ‘Canto a la Libertad’ y se terminará con la canción ‘Somos’ antes de los fuegos artificiales de final de fiestas.
Este año, además, se ha inaugurado este memorial, que «nos parece de absoluta justicia en su Parque Grande» ha añadido Belloch para apuntar la reflexión de que «cuando todos no seamos más que una nota a pie de página, si acaso un libro que nadie lee, Labordeta estará siempre en la cabeza, en la memoria y el corazón de los zaragozanos y zaragozanas».
«SE CIERRA UN CICLO»
La viuda de Labordeta ha expresado que con este acto «se cierra un ciclo, que se abrió cuando falleció», en septiembre de 2010, y ha rememorado que entonces «se desató una locura popular hacia José Antonio» y ha agradecido, especialmente al alcalde Belloch que «recogió el testigo y fue como otra locura» para dedicarle un lugar de la ciudad.
Juana de Grandes ha relatado como entonces el alcalde «me llamó y me dijo en esto tengo toda la autoridad porque depende del Ayuntamiento, y lo logró, y me parece estupendo» que el Parque Grande lleve el nombre de este artista y político aragonés, un espacio del que ha apuntado que «es muy querido por todos nosotros».
No obstante, ha reconocido que entonces tenía la sensación de que «era algo virtual porque no constaba nada y pasó la fecha del aniversario de su muerte y entonces me llamaron para decirme que en las Fiestas del Pilar se haría este acto».
Tras asegurar que «es un día francamente feliz» ha detallado que José Antonio Labordeta tenía una «vertiente sobria, tosca, no era de parafernalias», pero ha añadido que «creo que todos tenemos nuestro ego y lo hubiera agradecido, aunque no le hubiera importado tener nada».
Juana de Grandes también ha querido dejar constancia de que el alcalde Belloch «era un amigo de José Antonio más que político» y ha relatado como en el último año antes de morir Labordeta, cuando estaba convaleciente de su enfermedad, Belloch «acudía a casa a estar y hacer compañía a José Antonio».
Ha recordado emocionada que el funeral de Labordeta «fue de lo más bonito que ha sucedido en esta ciudad con las muestras de cariño de un pueblo desbordado y quiero darle las gracias porque pedían un sitio emblemático, pero quien lo hizo efectivo fue el alcalde».
Antes de concluir, Juana de Grandes ha tenido un emotivo recuerdo hacia el escrito aragonés, Félix Romeo, fallecido el pasado 7 de octubre de un infarto en Madrid, de quien ha destacado la relación con Labordeta porque «estaban unidos entrañablemente y se hicieron compañía en Madrid. Fue casi como un gran hijo para José Antonio».
MONUMENTO
El monumento está compuesto por dos losas de piedra; la principal de pizarra desbastada de 1,60 metros largo por 50 centímetros de alto, que indicará el nombre del homenajeado en letras de acero sin tratar y una secundaria de granito de 2 metros de largo por 70 centímetros de alto, que indica el año de su nacimiento y muerte.
Este conjunto artístico se ha elaborado a partir de materiales desbastados o con poco tratamiento posterior con la intención de simbolizar y reflejar el carácter sencillo, austero y noble de José Antonio Labordeta.
