Kiko Rivera y Jessica Bueno pierden la ilusión de golpe

MADRID, 26 (EUROPA PRESS – Sandra del Caño Morales)

La preocupación se palpaba en el ambiente desde la noche en que la ex Miss Sevilla tuvo que ser ingresada de urgencia en un conocido hospital madrileño. Fue entonces cuando las alarmas se dispararon y todo hacía presagiar lo peor. Finalmente, las malas noticias llegaban a las familias Rivera Pantoja y Bueno.

Tras varias complicaciones, Jessica Bueno ha perdido a su primer hijo en su octava semana de gestación. Así lo han confirmado familiares de los jóvenes a la web de la revista ¡Hola!.

Se trata de un durísimo golpe para la pareja ya que, aunque la noticia les pilló por sorpresa, estaban muy ilusionados y, de hecho, fue el detonante para tomar la decisión de pasar por el altar en el mes de enero.

No era la primera vez que la novia de Kiko Rivera tenía que acudir al hospital por molestias en su embarazo. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana los médicos le mandaron mantener reposo aunque su entorno aseguraba que todo marchaba a la perfección.

Tras una difícil noche en una clínica de Madrid, el embarazo de Jessica no ha podido seguir hacia delante. Junto a ella han permanecido en todo momento Kiko Rivera e Isabel Pantoja, totalmente volcados en la joven, que se ha convertido en un miembro más de su familia.

UN DURO GOLPE PARA LA FAMILIA PANTOJA

Todo esto ocurría tan solo una semana después de que la tonadillera desvelara los posibles nombres del bebé. Si era niña, iba a llamarse Ana, y si hubiera sido niño, Francisco, en honor al fallecido Paquirri.

Pero, sus palabras «ya era hora de que nos pasara algo bueno, un descansito no me venía nada mal», seguro que ahora retumban en su cabeza. Parece que la maldición en el clan Pantoja no termina de desaparecer.

Y es que, en un principio, esta fantástica historia tenía todos los ingredientes para ser el guión de una peli romántica perfecta.

Tan solo cinco días después de que el hijo de la Pantoja contactara con su padre a través del programa ‘Más allá de la vida’, Kiko conseguía alcanzar la felicidad plena.

Como si hubiera necesitado la bendición de Paquirri, después de darle el visto bueno a su novia, el pequeño Rivera anunciaba a los cuatro vientos que iba a ser papá y encima, se con campanas de boda de fondo.

Y hablando de boda, la pregunta del millón: Ahora que no hay niño, ¿se casarán?

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