Nos sorprende en el décimo aniversario de su fallecimiento con una obra inédita de notable nivel, que bajo la apariencia de una comedia banal contiene una seria reflexión sobre la vida y la muerte. Su viuda, la actriz y directora teatral Mercedes Lezcano, la presenta en el Centro Dramático Nacional que aquel fundara en 1978. »Extraño anuncio’ quisiera llegar a convertirse en una sorprendida investigación sobre la inconsistencia de la realidad; un juego –conviene insistir en esta palabra- en el límite entre lo que ha ocurrido, lo que ocurre y lo que ocurrirá. Nadie es uno entero y de una vez; el fraccionamiento alucinante de nosotros mismos nos convierte al mismo tiempo en actores y público, en observadores y observados, en vivos y muertos. Es posible que nunca hayamos existido. Y es probable, por lo tanto, que esta obra no se haya escrito nunca. O que se esté escribiendo todos los días’, dejó escrito el autor.
Según Mercedes Lezcano son dos las preguntas que se hace el autor: ¿Únicamente recordamos el pasado o somos capaces de recordar también el futuro? y ¿Estamos vivos o muertos? Sobre la primera, novela, teatro y cine han explorado abundantemente la respuesta afirmativa. A veces recordamos -soñamos- el futuro. El problema es tener la certeza. La segunda pregunta es un gran clásico que nunca podrá tener respuesta, pero que plantea razonables (e irracionales) dudas.
Un temazo, pues, que eleva la obra desde unos inicios a lo Alfonso Paso, a unos finales a lo Pinter. Un texto que va creciendo, desde lo costumbrista a lo trascendente, pasando por lo ocurrente y lo chistoso, entre Gila y Oscar Wilde. Que viene de lo trivial a lo intrigante. Un texto bien construido aunque no se haya podido evitar algunos errores en la complicada trama: ‘el anuncio del que te hablé’ y del que nunca marido y mujer han hablado; la chica que será puntual dama de la guadaña lo que impediría su retorno al mes siguiente y menos con motivo tan baladí; alguna de las llamadas telefónicas: En fin, cosas tolerables que le ocurrian a Beckett y hasta a Shakespeare en algún caso.
Un hombre ha muerto. Hay incontrovertibles pruebas. Pero el hombre está vivo. Sin duda. Su esposa puede ser la clave. Pero aparece y desaparece sin que nos dé la respuesta ansiada. Una joven enigmática parece saberlo todo. Un empleado de pompas fúnebres y dos mozos de una empresa de mudanzas son el contrapunto popular, la sensatez de la calle. Hay momentos hilarantes y situaciones penosas. Abundan las sonrisas y no llegan las lágrimas.
La directora ha elegido el tratamiento más superficial posible, pasar de puntillas por ese incómodo sustrato de duda existencial que Marsillach rodea de convencionalismos pero que podria y debería palpitar más alto, mostrar la seriedad del embite, asustar un poco más, provocar mayor desasosiego. Es curioso constatar casi siempre lo reacias que son nuestras tablas a la cruda realidad que subyace en tanta broma y tanto disimulo con que nos acorchamos. En justo honor del autor hubiéramos preferido más acidez incómoda y menos trámite dulce.
Pero, el público, qué prefiere el público, cómo le gusta pasarlo bien al público. Manuel Galiana es una buena elección para el protagonista, este jubilado desmemoriado que se apellida De López Alonso y que tomará una drástica decisión que dará lugar a una pequeña nota en la sección de sucesos de los periódicos de la época. No hace concesiones, tampoco carga las tintas sobre las miserias físicas y mentales del envejecer. No obstante, Ana María Barbany le supera incluso en una Mabel sobresaliente y auténtica. José Carabias está perfecto en el contrapunto. Todo funciona en el elenco actoral menos obligar a Kiko Sánchez al esperpento del mozo de cuerda oligofrénico. Menos mal que puede enmendarlo en ese misterioso añadido final que podía ser más misterioso.
La escenografía, sin embargo, está por debajo de lo necesario, y la iluminación, también. Y mejor cubrir con un tupido velo los audiovisuales, y esa ilustración tan deplorable que llena de mediocridad el fondo de este salón tan mediocre. Una producción cicatera a la que hubiera hecho falta más empeño innovador, más empeño creativo para que este extraño anuncio cogiera vuelo, volara alto hacia la región aérea de los grandes misterios.
‘Extraño anuncio’ ha podido verse antes en San Sebastián de los Reyes, Castellón y Salamanca, y ahora viaja´ra a Valencia. Era una de las cuatro obras que dejó Marsillach sin estrenar. Tras su fallecimiento, Lezcano ha llevado a escena ‘Noche de Reyes sin Shakespeare’ y ahora le quedan ‘Se vende ático’ y ‘El salón chino’.
Mercedes se casó en 1997 con Adolfo, que fallecería en 2002. ‘Mi compromiso, con él, de seguir estrenando sus obras se va cumpliendo gracias, en esta ocasión, a Metrópolis Teatro. Siempre le dije que escribiera sus sueños, era un gran soñador, fabricaba por las noches auténticas obras de teatro». Soñador muy realista: ‘La biología es una excelente autora de teatro porque nos sorprende todas las mañanas: nada más fascinante que un buen dolor de cabeza cuando nos hemos acostado con un estupendo dolor de estómago’. Escribió también la comedia ‘Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?’, y sus memorias con el título de ‘Tan lejos, tan cerca’. Dirigió por poco tiempo el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM) y en 1985 le encargaron también poner en pie la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Fue hombre de confianza de la larga etapa felipista y a su muerte instalaron su capilla fúnebre en el escenario del Teatro español, lo que al parecer es un gran honor pero no deja de ser un tanto obsceno. Iba de buena persona y ojalá lo fuera. Este ‘extraño anuncio’ demuestra que pasó por aquí dándose cuenta.
VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Texto: 7
Dirección: 6
Interpretación: 7
Escenografía: 5
Realización: 5
Producción: 5
CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
‘Extraño anuncio’, de Adolfo Marsillach
Teatro Valle-Inclán | Sala Francisco Nieva
16 marzo a 29 abril 2012
Reparto:
Mónica Aragón
Ana María Barbany
José Carabias
Manuel Galiana
Óscar Olmeda
Kiko Sánchez
Dirección, Mercedes Lezcano
Escenografía, Javier Aoiz
Vestuario, Ana Lezcano
Iluminación, Juan Gómez-Cornejo
Audiovisuales, Kike de la Peña
Coordinación general, Jacinto Bravo
Producción, Metrópolis Teatro.