El alcalde de Talavera de la Reina, Gonzalo Lago, pidió el pasado sábado 14 de abril a la Patrona de Talavera, la Virgen del Prado, ayuda para afrontar los duros momentos de crisis por los que pasa el país y que no son ajenos a la ciudad. «Como alcalde de esta ciudad te pido que nos otorgues acierto y nos ilumines para buscar siempre el beneficio de los talaveranos», dijo el regidor, que reconoció deberse a la alcaldesa perpetua de Talavera «y también a sus ciudadanos, por los que peleo incansablemente para que todos puedan tener una vida mejor». Así, con estas palabras concluyeron las Mondas 2012, fiestas de interés nacional.
Las primeras fiestas de Monda bajo el mandato de Lago siguieron los mismo pasos que las de años anteriores, en las que imperaron los tópicos, una notable falta de imaginación, ausencia total de signos de renovación, y de las que no estuvo ausente el relato extemporáneo y pomposo en toda la jornada: cortejo e intercambio de bastones.
Homilía
Por otro lado, las palabras que Lago pronunció en la Basílica tras el gran cortejo de Mondas -más propias de una homilía que las de un cargo político-, y el intercambio de bastones con los alcaldes que participan, que la Virgen del Prados siempre ha sabido «responder a tiempo», y por eso, se mostró convencido de que va a prestar su ayuda a los talaveranos «para darnos fuerzas y seguir adelante, porque aunque el camino es muy empinado nunca hay que dejar de subir porque en la cima nos espera un futuro mejor, no exento de esfuerzo, sudor y en algunos casos de lágrimas».
Unidad
Gonzalo Lago confesó sentirse profundamente «orgulloso» de lo que han demostrado todos los participantes en las Mondas; los talaveranos, gamoninos, pueblos de la comarca y de cualquier rincón de España, que han dado un ejemplo de que existe una fuerte unión de hermanos. «No olvidéis que la unión hace la fuerza, y hoy más que nunca todos, debemos aunar esfuerzos para caminar en la misma dirección».
En ese sentido, reiteró que sólo «ayudándonos los unos a los otros», se podrá revertir una situación «que nos ha venido mal dada». No obstante, reconoció que no hay que lamentarse, «sino mirar de frente con sosiego y tal vez con paciencia, a un futuro que estoy convencido que dentro de poco comenzará a ser más halagüeño porque todos estamos implicados en el bienestar de los que nos rodean».
Lago cerro el acto con un ¡Viva la Virgen del Prado! y ¡Viva las Mondas! que corearon todos los asistentes a la basílica.
