El nombre de María Ángeles López de Celis vuelve a estar de actualidad. Quien fuera una de las secretarias de Presidencia del Gobierno durante 32 años se dio a conocer al público hace casi tres años con el libro os presidentes en zapatillas» -el cabreo con ella de la familia de Adolfo Suárez fue antológico- y ahora está de vuelta con su nueva obra, ‘Las damas de La Moncloa’.
Y suelta ‘ESD‘ con perversa intención que «no es oro todo lo que reluce»:
Desde el Ministerio del Interior, donde trabaja ahora, López de Celis no escucha lo que cuentan de ella algunas de sus excompañeras en Presidencia, pero deben de estar pitándole los oídos.
Sea envidia o no, las malas lenguas la comparan con «Antoñita la fantástica» y la acusan de inventarse, o cuando menos inflar, muchas de las anécdotas que cuenta. Aparte de reprocharle su indiscreción, dicen quienes trabajaron con ella que era una «secretaria rasa» y que no tenía acceso a los personajes de los que escribe con tan alto grado de familiaridad.
Reconoce el nada misterioso personaje que escibre ‘El Ala Este’ en El Semanal que, de todas formas, el libro tiene enjundia. Y es verdad.
EL LIBRO Y LAS DAMAS
Carismáticas o tímidas, activas en la vida política o en un discreto segundo plano, las primeras damas de la democracia española salen en este libro del anonimato.
Las esposas de los seis presidentes de la democracia: Amparo Illana, Pilar Ibáñez, Carmen Romero, Ana Botella, Sonsoles Espinosa y Elvira Fernández son mujeres diferentes, procedentes de distintos contextos e ideologías, pero con un rasgo común: su presencia en la memoria colectiva está «muy por debajo» de sus capacidades.
Al sumergirse en la historia personal de las seis damas de la Moncloa, López de Celis (Madrid, 1957), que ha trabajado durante 32 años en la secretaría de la presidencia del Gobierno y se califica como la «única persona que ha colaborado con los cinco primeros presidentes de la democracia», se ha enamorado de cada una de ellas:
«Son mujeres normales, cada una «con sus fallos y sus virtudes».
De todas ellas, le apasiona la personalidad de la que fuera esposa de Felipe González, Carmen Romero, «una transgresora sin estridencias, feminista pero comedida«:
«Luchaba por hacerse un hueco tras la estela eclipsante de su marido y que encarnó los valores del socialismo moderno».
La esposa de otro socialista Sonsoles Espinosa, no llevó con tanta entereza convertirse en la mujer de un presidente; López considera que ella fue la responsable de que José Luis Rodríguez Zapatero no siguiera en la vida política.
Espinosa es una mujer «encantadora y amable», pero la vida en Madrid le asfixió hasta sentirse «como una sartén hirviendo«, ejemplifica la escritora en su libro.
La vida política tampoco entusiasmaba demasiado a la esposa de Adolfo Suárez, Amparo Illana, quien reflejó el «arquetipo de mujer frágil y doméstica sin inquietudes políticas» que tuvo que encarar una época convulsa y de tránsito; «la reina la apoyó mucho», recuerda López de Celis.
El lado opuesto lo representa la esposa «más mediática», Ana Botella, que se enamoró de José María Aznar durante un viaje estudiantil: es la más «contundente», asegura la escritora, y ha jugado un papel fundamental en la toma de decisiones de su marido.
Aznar es «un político de talla«, considera López de Celis, pero en el plano personal es «huraño y sin don de gentes»; ahí es donde actúa Botella, una mujer optimista, «que lo llena todo», y que suple la «carencia» carismática de su marido.
López de Celis ha adelantado algunos detalles de su ultimo libro en una entrevista para Es la Mañana de Fin de Semana de es.Radio, ahondando en los defectos y virtudes de cada una de ellas.
Según la autora, Ana Botella, mujer de José María Aznar, es como «la faceta americana de la presidencia del Gobierno»:
«Es muy dinámica y muy lista pero también es altiva y un poco prepotente».
A su juicio, Aznar tenía su mejor activo en su mujer y ella vivió en La Moncloa «con una intensidad asombrosa porque lo de mandar le gusta».
Mientras estuvo en allí «no se sintió bien atendida a pesar de tener 50 personas a su servicio».
Afirma que Ana Botella ha sido la más celosa de las primeras damas:
«Cuando está en algún acto no pierde de vista a su marido ni un sólo momento».
En cuanto a Sonsoles Espinosa, mujer de José Luis Rodríguez Zapatero, López de Celis la define como «una mujer tan preocupada por la intimidad y el ocultismo que rayaba la fobia social».
Pero a la vez, admite que era una persona muy cálida y cariñosa.
«Era muy entrañable y natural y con ella el personal de La Moncloa ha trabajado cómodamente».
La autora afirma que la familia Zapatero era «de vida tranquila, horarios disciplinados y costumbres sencillas», y añade:
«Todos comentábamos que eran un poco aburridos».
López de Celis critica que la mujer de Zapatero no quisiera hablar ni acudir a los actos pero que sí utilizara ciertas estructuras en su beneficio.
A la mujer de Mariano Rajoy, Elvira Fernández, la define como una mujer de grandes cualidades:
«Se lo toma con absoluta naturalidad, ha llegado a un punto medio entre el ocultismo férreo de Sonsoles y la exposición permanente de Ana Botella».
La autora recordó que empezó a escribir este libro cuando surgió el 15M, hace dos años, y «lejos de estar mejor estamos mucho peor».
«El problema de España no tiene que ver con ideologías políticas sino con la permisividad de las estructuras políticas y sociales».