Endesa también tiene en nómina a Elena Salgado, vicepresidenta del Gobierno, a la que contrató como consejera de Enersis, su filial chilena, apenas un mes después de dejar sus funciones como ministra de Economía de Zapatero
Afirma ‘El Confidencial’ que polémica entrevista televisada que José María Aznar concedió hace una semana a Antena 3 le puede salir cara al expresidente del Gobierno.
Al parecer, Endesa, la compañía eléctrica que le contrató hace dos años como asesor para Latinoamérica, le ha propuesto prescindir de sus servicios al entender que tenerlo en nómina no es beneficioso para sus intereses.
La empresa considera que la vinculación con el líder del PP puede tener repercusión en su relación con el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
La ruptura del contrato se haría de mutuo acuerdo, según aseguran fuentes próximas a las dos partes.
En este sentido, añaden que ha habido una primera conversación entre la asesoría jurídica de la eléctrica y el hijo mayor (José María Aznar Botella) del que fuera inquilino de la Moncloa entre 1996 y 2004, en la que Endesa le ha expresado su deseo de finalizar la relación contractual con su padre.
Un paso que podría producirse de forma inmediata o a finales de año, momento en el que habría que renovar su vinculación con la compañía.
Ambas partes ya negociaron hace dos meses una rebaja del sueldo del expresidente, debido a que Endesa entendía que Aznar no había logrado los objetivos marcados cuando se le fichó como lobista.
Como hiciera en ese momento, Endesa niega que se vaya a prescindir del político del PP.
La contratación de Aznar fue una decisión personal del presidente de Endesa, Borja Prado, que en diciembre de 2010 estimó que este fichaje facilitaría el acercamiento al PP.
En ese momento, este partido se encontraba en la oposición, pero se daba por hecho la caída del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ante el desplome en picado de la economía y el crecimiento del desempleo.
De esta manera, Prado quería alejarse del PSOE, de cuyo líder se había convertido en uno de los empresarios de confianza.
El presidente de Endesa fue uno de los que más apoyo el proyecto fallido del coche eléctrico y la apuesta por las renovables.
La relación era tan cercana que, en alguna ocasión, Prado prestó a Rodríguez Zapatero el avión privado del grupo energético para viajes oficiales.
La incorporación de Aznar, por unos 400.000 euros entre fijos y variables, fue un guiño al PP, que preparaba su desembarco en Moncloa. La justificación era que el expresidente iba a asesorar a la multinacional española controlada ya por Enel en asuntos relacionados con Latinoamérica.
Pero el trasfondo del acuerdo era que Aznar hiciese de puente con Rajoy para trasmitirle el apoyo a su candidatura y para expresarle los problemas que Endesa tenía en España.
Sin embargo, lejos de conseguir el objetivo, ni Rajoy ni el ministro de Industria, José Manuel Soria, se mostraron muy proclives a escuchar los requerimientos de Aznar ni de Prado.
Prueba de ello es la nueva regulación energética, que ha golpeado con dureza a la filial española de Enel, la cual se ha visto obligada a preparar un expediente de regulación de empleo (ERE) para unas 1.000 personas.
El impacto en sus cuentas ha sido estimado en unos 1.500 millones de euros.