Todo el mundo lo sabe, la vida no es justa. Pero cuando a uno le toca asimilarlo así, de un día para otro, como a Raquel Sánchez Silva, resulta desgarrador y obsceno. No hace ni un año, aquel 22 de junio de 2012, que nos llegaban desde Sicilia las imágenes de la presentadora, radiante, tras dar el «sí quiero» a Mario Biondo, el cámara de televisión que hacía brillar a Raquel desde aquellas playas de Honduras. Fue allí, en ese marco idílico en el que se grabó el programa «Supervivientes 2011», donde se forjó algo más que una amistad entre la extremeña y el italiano.
Tras la exitosa edición del programa de supervivencia de famosos de Telecinco, a finales de año, Raquel y Mario volvieron a trabajar juntos en el reality «Acorralados», que consolidó aún más su relación («¡Vivir en un establo también une mucho!», dijo ella con guasa en una ocasión). Y por fin, en enero de 2012, saltaba la noticia a los medios.
Sánchez Silva anunciaba a través de su representante que se iba a casar con aquel cámara de televisión del que se había enamorado hasta los huesos. Aunque no se especificaban fechas, fue la propia presentadora la que anunció que colgaría fotos del enlace en su Twitter, queriendo evitar así que ese momento tan especial se convirtiera en un evento mediático.
Y así lo hizo: el mismo 22 de junio colgaba la imagen de ambos convertidos en marido y mujer, en un contexto de ensueño. «El día de nuestra boda, emocionados, rodeados de familia, amigos, felicidad. Un beso fuerte desde Taormina», escribía Raquel, que aparecía espectacular en su gran día con un vestido de Ion Fitz.
Meses después, podíamos comprobar que el televisivo matrimonio vivía su momento más dulce y proseguía en su afán de formar una familia. «No le exijo nada a la vida, solo le pido eso», contaba la presentadora durante una entrevista en «Vanity Fair», refiriéndose a su deseo de tener hijos en un futuro inmediato. Es evidente que, por razones que nunca llegaremos a comprender, la vida no ha querido concedérselo.
El destino ha querido que Mario y Raquel ni siquiera hayan podido celebrar su primer aniversario juntos y ahora se abre una nueva etapa para la presentadora en la que el cariño que ya está recibiendo de sus compañeros de profesión y familiares será el principal apoyo para seguir adelante.
Solo hay que recordar el tipo cosas que la presentadora solía decir sobre su marido, para hacerse una pequeña y lejana idea del mazazo que para ella supone su muerte: «Es el mejor hombre de la Tierra y es mil veces mejor que yo». Los espectadores y compañeros de televisión quizá solo esperen una cosa: que la sonrisa de Raquel no se apague…
Según apunta el suplemento LOC de El Mundo la Policía atribuye el suicidio del cámara italiano, quien trabajaba en MasterChef, a un problema afectivo, según las primeras averiguaciones.
En la comisaría de Centro interrogaron a la asistenta, Wilma, y a la presentadora. Ésta comentó que había mantenido alguna diferencia sentimental en los últimos días y apuntó que nunca esperaba que su marido tomase una decisión tan trágica. Así pues los agentes concluyeron que el motivo que desató el suicidio fue por problemas sentimentales de la pareja. Así pues los agentes concluyeron que el motivo que desató el suicidio fue por problemas sentimentales de la pareja.