Ya ves cómo vienen de África, que se mueren en el camino para venir a lo que creen que es el oro dorado. Llegan los más fuertes, los débiles nunca van a llegar
El cocinero Karlos Arguiñano pasó este sábado 16 de noviembre de 2013 por el programa ‘La Sexta Noche’ y no se cortó un pelo.
A propósito de la crisis, estuvo sembrado:
«Veo mucha gente con estudios que luego es taxista. Pues igual no tenían que haber estudiado tanto».
«A mis sus hijos les hice trabajar los veranos media jornada desde que tuvieron 14-15 años».
«Mis padres no tenían nada, y les venía muy bien mi primer sueldo de 3.500 pesetas como cocinero, así que me dejaban hacer lo que me daba la gana».
Arguiñano repitió su durísima crítica a los banqueros. Está vez sentado y en estudio, en lugar de pelando unas patatas y pochando unas zanahorias dio su opinión sobre el rescate a los bancos y «gangsters de la economía mundial»:
«Nunca pensé que íbamos a tener que dar dinero los trabajadores a los bancos».
«Encima ahora hay que apoyarles a esos, a los gorileros».
Sobre la sentencia del caso Prestige, lamentó que después de tanto, nadie haya resultado responsable del desastre y que la persona que cuando sucedió decía que sólo se trataba de «cuatro hilitos de plastilina» -en clara alusión a Rajoy- ahora es presidente del Gobierno.
«Cuando tú te presentas a un sitio diciendo que quieres trabajar, te preguntan qué sabes hacer. Yo a la gente le animo a que aprenda un oficio. Cuando lo haces bien aprendido, vas a encontrar un trabajo, sea en España o en otro país. Lo malo es que desde los 17 hasta los 27 no hagas nada. Aprende lo que sea».
«Todo el mundo pide trabajo, pero cuando les preguntan qué saben hacer se quedan callados, así que sólo valdrán para hacer recados, y para eso hay millones de personas».
«Si algunos se tienen que ir, pues se tendrán que marchar. Ya ves cómo vienen de África, que se mueren en el camino para venir a lo que creen que es el oro dorado. Llegan los más fuertes, los débiles nunca van a llegar. Quizá nosotros tengamos que emigrar, como nuestros antepasados emigraron», afirma, antes de pedir «un respeto para los emigrantes».