La familia entera había suplicado en vano clemencia en el despacho del director
Antes que suicidarse o hacer el ‘paripé’ de costumbre, el hombre decidió darle una lección al banco que estaba a punto de embargarle la casa de toda la vida, y cortar así por lo sano no dejando un ladrillo en su sitio.
Ocurrió hace escasas horas en la ciudad búlgara de Lovech, según da cuenta ‘endoriot.blogspot‘, donde una familia que no podía pagar la hipoteca de su casa gastó hasta el último céntimo de sus ahorros para demoler la casa antes de que el banco se la quitara.
Esta familia había acudido antes al despacho del director de la entidad para pedir clemencia. Fue en vano. El aludido les dijo sin inmutarse que no podía hacer excepciones, y que tenían una semana para vaciar la casa.
EN CAMIÓN Y EN LA PUERTA
El terreno donde fue construida la vivienda no estaba incluido en la hipoteca, por lo que la familia prefirió destruirla. Los restos del edificio fueron llevados en un camión hasta la oficina del banco ubicado en la ciudad de Teteven, donde se firmó el contrato de la hipoteca.
Una historia parecida se dio en noviembre en Grecia. Un griego de 50 años de la localidad de Naupacto, prefectura de Etolia-Acarnania, cuyos bienes estaban a punto de ser embargados, prefirió destruirlos a dárselos al banco. Así, el desesperado hombre quemó su casa y lanzó su automóvil por un acantilado.
La crisis financiera que durante los últimos años atraviesan algunos países de la UE se refleja, entre otros aspectos, en el sistema hipotecario. Miles de familias en varios países europeos se encuentran en situación extrema. Algunos ponen solución a su difícil situación con medidas drásticas, como el suicidio. No es el caso.