El hombre disfrazado de ninja se había estado preparando para la ocasión durante meses. No quería decepcionar a nadie, y menos a sus admiradores, a quienes había dado ya fecha para la entrega del vídeo de marras.
Pretendía demostrar su control absoluto ante cualquier tipo de situación, y no se le ocurrió otra cosa mejor que hacer que colocarse unos petardos en la nariz.
El estallido fue de aúpa, y el ninja de pacotilla resultó con unas quemaduras de espanto que hicieron necesario su ingreso en un hospital en estado grave.
Y eso que había advertido al personal antes de pifiarla: «No intente repetir esto que ve». Le haremos caso.
Más en Gente
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home