La Policía de Boston no tuvo que meterse en el agua para rescatarle, ya que logró salir por su propio pie espantado, tras verle la cara a los siete tiburones que a su vez no salían de su asombro por tan inesperada visita.
El hombre, de 51 años, se lanzó a la pecera de los escualos en el New England Aquarium.
Según la Policía estaba borracho perdido, y fue detenido bajo la acusación de indecencia y por haber entrado ‘ilegalmente’ en el acuario, ya que no pagó la entrada.
Ni el hombre ni los animales han sufrido daño: parece que los tiburones no tenían hambre ya que acababan de ser alimentados.