Felipe VI y Letizia parecen decididos a romper con algunas de las tradiciones más encorsetadas de la vida social de la monarquía.
Los nuevos Reyes no renuncian a participar de la vida de tabernas y locales populares madrileños cuando se encuentran cumpliendo sus obligaciones en la capital de España, sino que también han refrescado las clásicas recepciones de las vacaciones en Palma de Mallorca.
Hace un par de noches pudo comprobarse esta diferencia en la tradicional recepción en el palacio de La Almudaina de Palma.
Donde antes se producía un convite en mesas separadas y con inexistente intercomunicación, con los mismos invitados año tras año, los Reyes han querido cambiar de aires.
En la lista de invitados se incluyeron a muchas voces de la sociedad balear: deportistas, ecologistas, líderes de ONG, artistas, escritores, representantes de movimientos culturales, además de perfiles más clásicos como autoridades y empresarios.
Según relata el diario El País, Felipe VI y Letizia desean aprovechar estas ocasiones para entregarse al diálogo y tomar el pulso a las capas más representativas de toda la sociedad.
Con este ejemplo, los nuevos monarcas continúan en la estela de ofrecer una imagen de renovación de la institución, mucho más cercana a la calle. Incluso se ha podido percibir un cambio en la reina Letizia, más celosa de su intimidad antes, y ahora muy dada a hacerse fotografías con personas que se acercan a saludarla.
E incluso proponiéndolo ella, como cuando fue abordada en el Kinépolis por dos adolescentes con las que compartió selfie.