Alberto Isla y Chabelita Pantoja nos están dando un verano que para nosotros se queda. La ex pareja parece haberse puesto de acuerdo para ser noticia un día sí y otro también.
Entre filtrar información, poner cebos en Twitter, hacer declaraciones pactadas con apariencia de «ya me han pillado» se les pasa el tiempo. En fin, felices ellos que pueden dedicarse al dolce far niente televisado.
Estupor es lo que ha causado el hecho de que Isla concediera una entrevista de tres horas de duración a El programa del verano. Y digo estupor porque ha dejado de ingresar unos 30.000 euros.
Estoy segura de que algo ha cobrado pero ni de lejos esa cantidad. Lo máximo que puede haberse embolsado son unos 6.000 euros. ¿Y por qué habrá hecho algo así? Ya apareció la pregunta del millón.
Septiembre, un mes clave
La generosidad de Alberto Isla está cercana a su fin. De hecho, el joven quiere obtener la carta de libertad que le ata a su representante.
A tal efecto ya ha realizado los contactos oportunos. Sin embargo, las cosas podrían no ser tan fáciles como él supone.
Ignoro completamente en quién ha pensado el andaluz para que dirija su destino mediático porque en esta materia no hace más que marear. Telefonea pidiendo que le representen y luego se echa para atrás.
Lo que sí está claro es que septiembre será un mes clave para Isla, pues se resolverá el convenio regulador que ya ha enviado al juzgado la abogada de Chabelita. Por tanto a Alberto le tocará pasar la manutención a su hijo menor.
Para esas fechas la pensión que recibe en concepto de orfandad ya se habrá extinguido. Así pues sus únicos ingresos serán esos 400 euros que aseguran recibe por hacer declaraciones a una determinada cámara.
De ahí que el joven quiera obtener su carta de libertad, para negociar a su manera sentarse en un plató y ganar un buen dinero. Desde luego no tanto como supone, pues ahora mismo el mercado está saturado con sus declaraciones.
El misterioso amigo
Desde hace algún tiempo, Alberto asegura que no tiene teléfono y remite a un misterioso amigo que ejerce de secretario. Bueno, esto de que no tiene teléfono no se lo cree ni el Tato.
Está claro que habla con quien le apetece. El asunto en cuestión es este misterioso amigo, que parece no lo es tanto, pues ya se muestra remiso a coger recados alegando que apenas ve a su colega.
Chabelita Pantoja sigue la estela familiar en cuestión de demandas. Esta semana, ella y su madre se reunirán con su abogada.
¿El motivo? Interponer cuantas acciones legales sean necesarias para frenar a Alberto, el padrastro de éste y colaboradores lenguaraces.
Sin duda, esta familia se ha propuesto colapsar los juzgados a golpe de intromisión al honor. Qué barbaridad. Ni Ana Obregón en sus mejores tiempos, oiga.