Su verano en Marbella ha sido uno de los más intensos

La veterana Carmen Lomana regresa radiante a Madrid sin el cachas Edmond Fokker

La socialité Carmen Lomana ha puesto fin a su descanso vacacional en Marbella y ha regresado a la capital para retomar sus compromisos.

Coincidiendo con la ausencia de su novio, Edmond Fokker, la experta en moda ha aprovechado para renovar su fondo de armario de cara a la próxima temporada, dándose un caprichito en la firma Dolce&Gabana.

No cabe duda de que Carmen Lomana está viviendo una segunda juventud. Como una adolescente se muestra cada vez que hace su aparición en diferentes actos públicos del brazo de su nuevo amor.

Se trata de Edmond Fokker Van Crayestein, un asesor y empresario que vive en Ámsterdam y veranea en la Costa del Sol y que comparte con Carmen sus ratos libres en Marbella.

CARMEN LOMANA RENUEVA SU FONDO DE ARMARIO SIN SU NOVIO, EDMOND FOKKER

Pertenece a la familia de Anthony Fokker, el pionero en aviación. Además de ser empresario y tocar el violín, es un hombre vivido, que habla idiomas, como ha confesado la propia empresaria.

La pareja ha disfrutado de románticas jornadas playeras en Marbella y juntos estuvieron en el Festival Starlite escuchando la voz del veterano Tom Jones. Más recientemente apuraban sus últimos días estivales como espectadores del tradicional concurso de polo celebrado en Sotogrande.

Coincidiendo con su regreso a Madrid y aprovechando que su chico había viajado a Amsterdam por temas profesionales, Carmen Lomana disfrutó de una tranquila jornada de compras. Se detuvo en la firma Dolce&Gabana, una de sus preferidas.

Carmen es una mujer de gran elegancia, que se cuida mucho y que sabe sacar el mejor partido de ella misma.

En esta ocasión eligió un vestido corto de tirantes de encaje blanco que realzaba su estupenda figura. Sin duda son unas cualidades que parecen gustar mucho al sexo masculino, a juzgar por el éxito que tiene entre los hombres.

Tras recorrer el establecimiento escogió numerosas prendas. No pudo evitar echarse a reír al percatarse de la presencia de fotógrafos que seguían sus pasos.

Como cliente habitual que es, uno de los empleados la acompañó y abrió la puerta del establecimiento. A la salida bromeó con los paparazzis haciendo un simpático gesto con la mano ‘os voy a dar’.

Haciendo gala de su habitual simpatía explicó el motivo de la ausencia de Edmond «Mi chico está en Amsterdam, dentro de poco me daré una vuelta con él».

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