Fernando Martínez de Irujo de «papeleo» una semana después del fallecimiento de su madre la duquesa de Alba. El marqués de San Vicente del Barco poco a poco retoma su vida tras el fallecimiento de su madre doña Cayetana el pasado 20 de noviembre a la edad de 88 años.
El funeral de la 14 veces Grande de España, fue oficiado el viernes 21 de noviembre en Sevilla, la ciudad en la que pasó los últimos años de su vida. La duquesa repartió sus bienes, por un valor estimado de entre los 600 y los 3.000 millones de euros, entre sus seis hijos, mientras que su tercero y actual marido, Alfonso Díez, renunció a casi todo.
Cayetana de Alba creó una fundación para proteger su patrimonio artístico, que se remonta al siglo XV y no ha hecho más que aumentar con sucesivas acciones militares, matrimonios o herencias. La Casa de Alba posee obras maestras de Goya, Tiziano o El Greco. Entre los manuscritos, destacan las cartas autógrafas de Cristóbal Colón. Se calcula que entre su colección privada se incluyen 249 óleos de grandes maestros, 177 acuarelas, 137 miniaturas, 54 dibujos, 52 tapices, 31 cerámicas, una biblioteca con 18.000 volúmenes y el archivo histórico.
En estos difíciles momentos para la Casa de Alba, los hijos de doña Cayetana, que echan de menos la presencia de su madre, están ya pendientes de las gestiones necesarias y obligatorias que hay que hacer cuando muere un ser querido.
Precisamente hemos visto a Fernando de gestiones. El marqués, que llevaba una carpeta con documentación, salió a hacer papeleo acompañado de una amiga. Tras las gestiones, Fernando se despidió de su amiga con dos besos. El hijo de la duquesa de Alba se marchó en taxi.