David García fue elegido ganador de la segunda edición de Top Chef. El más joven de los cocineros que optaban al concurso se coronó con un juego de jurel con tonos ácidos y un pichón otoñal con regaliz pero cocinado con el tiento de la tradición.
David ha demostrado durante todo el programa de Antena 3 que se trata de todo un profesional quien piensa que llegar a la final ha sido todo un tema de actitud. Feliz de poder celebrar su triunfo al lado de sus seres queridos, ha decidido colocar su trofeo en una estantería del restaurante ya que quiere que sus clientes también participen del título que ha conseguido porque sin ellos no hubiese sido posible.
CHANCE (CH): ¿Qué sentiste cuando dijeron que eras el ganador de ‘Top Chef’?
DAVID GARCÍA (DG): Cuando vi el cuchillo tuve una explosión de emociones y sentimientos muy difícil de poder plasmar y describir en palabras.
CH: ¿Qué fue lo primero que pensaste?
DG: Tuve un flash y visualicé en un segundo todas las personas que quiero y que desde el primer momento confiaron en mí y han estado siempre a mi lado en todo momento. En un programa como este, no todo es un camino de rosas, es presión, nervios, pueden jugarte en cualquier momento una muy mala pasada. Es un concurso y estamos todos trabajando y luchando para conseguir el premio final, el reconocimiento del jurado, el del público. Gestionar todas las emociones es un ingrediente más.
CH: ¿A quién le has dedicado la victoria?
DG: A mi familia, a por supuesto, a las personas que han hecho que ame la cocina como la amo ahora.
CH: ¿Cómo lo celebraste?
DG: Con mi familia, mi pareja y mis amigos, una cena íntima y muy distendido. Gente de confianza que puedes explosionar y dejarte ir.
CH: ¿Dónde has colocado el trofeo de ganador?
DG: En una estantería del restaurante, quiero que mis clientes también participen del título conseguido, sin ellos tampoco hubiese estado posible.
CH: ¿Cómo afrontaste la final? DG: Con ganas, ilusión, actitud y temple.
CH: ¿Pensabas llegar a la final? ¿Y esperabas que tu rival fuera Marc?
DG: Es un tema de actitud, y por supuesto me visualizaba en la final, si no es mucho más complicado de llegar. Marc por supuesto era un candidato firme también para llegar a la final, muy seguro de él y de su valía.
CH: ¿Qué has aprendido de Susi Díaz, Alberto Chicote y Yayo Daporta? ¿Y de tus compañeros del programa?
DG: De mis compañeros he aprendido el trabajar y confiar en un equipo para alcanzar un objetivo común, la convivencia, el poder hablar y discutir sobre el desarrollo de una receta o de una cocción. Gracias al estilo y manera de cocinar de cada uno he aprendido diferentes técnicas, cocciones, conceptos… Del jurado, por supuesto su gran profesionalidad, su saber hacer, su experiencia y su sentimiento de amor y respeto por la cocina.
CH: ¿Esperabas el éxito de audiencia de ‘Top Chef’?
DG: Grandes profesionales realizan su trabajo de la mejor manera para poder llegar a estos niveles de audiencia que, por supuesto, me han sorprendido.
CH: ¿Te reconocen por la calle los espectadores del concurso? ¿Recuerdas alguna anécdota curiosa?
DG: Sí, esta es la parte más graciosa porqué para mi es toda una novedad, ir tranquilamente por la calle y que me paren. Como anécdota os contaría uno de los primeros días cuando estaba realizando la compra en el supermercado, me di cuenta que la gente me perseguía por los pasillos con los carros hasta alcanzarme.
CH: ¿Cuál ha sido el rival más complicado en el programa?
DG: No podría decir ningún nombre en concreto, todos y en algún momento han sido rivales fuertes para mí, a medida que ha ido avanzando el programa mis rivales han ido disminuyendo, pero el nivel de complicación junto con la presión ha ido en aumento.
CH: ¿Qué plato te costó más preparar?
DG: En este momento te diría que la anguila, ya que era un producto que no había cocinado en la vida, y no disponía de información de cocción que pudiese en aquel momento consultar, por lo que tuve que improvisar en todo momento. Y aunque se indicó que debía de haber sacado la piel por parte de uno de mis compañeros, era la única referencia que tenía clara, que nunca se debe sacar la piel de este animal para cocinar.
CH: ¿Y uno que recuerdes especialmente?
DG: Las lentejas de mi abuela, hago referencia a ellas porque para mí es un plato que al margen de que me encanta tiene un valor sentimental añadido que no tiene precio, gracias a lo que ella me ha enseñado de la cocina he llegado donde estoy ahora, que es el principio. Ahora ¡a seguir!
CH: ¿Te gusta arriesgar a la hora de cocinar?
DG: Arriesgar sí, por supuesto, pero si el riesgo me puede conducir a cualquier error prefiero hablar de innovar…
