El Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife acoge este viernes y el sábado la representación de ‘El diario de Adán y Eva’, un montaje que uno de sus protagonistas, Fernando Guillén Cuervo, ha descrito como una «montaña rusa de emociones».
La obra, dirigida por Miguel Ángel Sola, es una adaptación del relato de Mark Twain, y aborda el amor, los sentimientos y las emociones a través de una pareja a lo largo de los años. «Es una función muy sanadora, con un estado emocional maravilloso», ha señalado Guillén en un encuentro con los periodistas.
‘El diario de Adán y Eva’ se desarrolla en dos épocas distintas en un estudio de radio. En la primera, en la década de los años sesenta, una pareja de locutores, Fernando y Catalina, interpretan un texto de Mark Twain, y después, en la actualidad, Ana Milán se transforma en Manuela para entrevistar a Fernando, entrado ya en la vejez.
Guillén ha incidido en que la obra puede verse con «los ojos cerrados» por su fuerte carga emocional, de ahí que el tercer personaje, el público, sea «vital», por su complicidad con la trama. Ha afirmado que durante la representación se pasa «del llanto a la risa», y logra «superar» el estado emocional con el que el público llega a la sala.
Milán, por su parte, ha reivindicado «el amor que todos merecemos una vez en la vida» que desprende la obra, y ha señalado que al público que está «sentando en la butaca» seguro que alguna vez «le han roto el corazón», se le ha muerto alguien a quien quería mucho o se ha enamorado. «Es una obra para poner el contador del corazón a cero», ha apuntado.
En su opinión, ‘El diario de Adán y Eva’ es «lo más bonito» que ambos han hecho como actores, y ha recomendado que sea vea «un par de veces» para captar todos los matices. Además, no ha ocultado que el que Guillén sea su marido mejora la ‘química’ en el escenario ya que están «muy unidos» y a Luis Tosar, por ejemplo, no podría mirarle «al fondo del ojo».
