Entierro judío de la madre de Elena Benarroch

Entierro judío de la madre de Elena Benarroch
Elena Benarroch EUROPA PRESS

Elena Benarroch acaba de vivir uno de los momentos más tristes de su vida tras el fallecimiento de su madre, Clara Isabel de Benarroch el pasado 11 de junio a los 92 años de edad.

Sus restos mortales recibían sepultura el 12 de junio en el cementerio judío de Hoyo de Manzanares donde la conocida peletera estuvo acompañada por su hijo Jaime, aunque se echó en falta la presencia de su hija Yaël y de su ex marido, Adolfo Barnatán con quien sigue manteniendo una estrecha relación a pesar de su separación.

Una pérdida que ha llenado a la popular peletera de numerosos recuerdos que no dudó en seguir plasmando mediante instantáneas en sus redes sociales, donde dedica bonitos mensajes como «Mami, te quisimos y te querremos siempre».

Aunque los motivos del fallecimiento no han trascendido, lo cierto es que Clara ha disfrutado hasta el último día rodeada del cariño de los suyos. De hecho, hace escasas semanas celebraban su 92 cumpleaños*entre risas y buenos recuerdos.

Para superar esta pérdida, Elena cuenta con el apoyo de un gran número de amigos, que no han dudado en arroparla y mostrarle sus condolencias en el entierro de su madre. Clara Isabel de Benarroch recibía sepultura el pasado 12 de junio en el cementerio judío de Hoyo de Manzanares.

La afamada diseñadora estuvo acompañada por su hijo Jaime, luciendo una impoluta camisa blanca, quien se mantuvo inseparable de ella en todo. No asistió su hermana Yaël como tampoco se dejó ver su ex marido y padre de los jóvenes, Adolfo Barnatán.

Elena Benarroch, que vestía de riguroso luto tan sólo roto por un foulard blanco para resguardar de las bajas temperaturas del día. La popular peletera no pudo evitar echarse a llorar en numerosas ocasiones, dejando aflorar sus sentimientos de tristeza y pesar.

Muchos de los presentes lucían la tradicional kipá, una pequeña gorra ritual empleada para cubrir parcialmente la cabeza, usada tradicionalmente por los varones judíos. Es de uso obligatorio (incluso para no judíos o gentiles) al entrar y permanecer en determinados lugares de culto judío, como sinagogas, lugares sagrados y cementerios, como en esta ocasión.

Tras el trasladado de los restos mortales y posterior entierro en el sepulcro familiar, Elena Benarroch aparecía desoldada, abrazada a numerosos familiares. Mientras su madre recibía las muestras de cariño de muchos amigos allí presente, aunque se echó en falta, la presencia de rostros conocidos, su hijo Jaime contemplaba a los operarios cerrando la tumba de su abuela, coronada por la lápida con la estrella de David.

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