El sentido homenaje a Pedro Zerolo en la Iglesia de San Antón

El sentido homenaje a Pedro Zerolo en la Iglesia de San Antón
Funeral Pedro Zerolo EUROPA PRESS

Numerosos rostros conocidos rindieron un último y emotivo adiós a la figura del político Pedro Zerolo con una Oración-Homenaje celebrada en la madrileña iglesia de San Antón y organizada por la ONG, Mensajeros de la Paz. El dirigente socialista fallecía tras una dura batalla durante un año y medio contra el cáncer que acabó por arrebatarle la vida.

HOMENAJE A PEDRO ZEROLO CON UNA ORACIÓN EN LA MADRILEÑA IGLESIA DE SAN ANTÓN

Con los últimos rayos de sol se celebró el pasado miércoles la ceremonia en honor al que el padre Ángel bautizó con el título de «alcalde de Chueca»: el difunto Pedro Zerolo. Él, que en vida se declaró «ateo militante», y que tantas veces se enorgulleció en denunciar el «patriarcado de la Iglesia católica» recibió, el mayor homenaje cristiano que el fundador de Mensajeros de la Paz le quiso dar. Un hombre que lo consideraba un «amigo de corazón» y con el que tantas veces discutió «sobre lo divino y lo humano».

El evento, abierto según el sacerdote a «todos sus amigos, vecinos del barrio y de los movimientos gay y no gay», abarrotó el austero templo. Entre los prietos bancos se pudieron ver, arropando a la pareja y hermana del fallecido, los dos rostros más destacados del PSOE madrileño: el portavoz del grupo socialista en la Comunidad, Ángel Gabilondo; y su homólogo en el Consistorio, Antonio Miguel Carmona, quién quiso dedicarle unas palabras.

No se hallaba entre los presentes la nueva alcaldesa, Manuela Carmena, a la que el padre Ángel disculpó. La nave estaba decorada con pantallas en las que se dibujaban el rostro del ausente en el esplendor de su vida. «Con la melena que tenía antes de la enfermedad y la sonrisa que mejor lo caracterizaba» subrayó.

El acto arrancó con la proyección de unas fotografías que recogían momentos de su paso por la política, y algunas personales. Entre ellas aparecieron la de la ceremonia de su boda, un rito que, a día de hoy, la iglesia no reconoce.

EL MOMENTO MÁS EMOTIVO SURGIÓ CUANDO EL SACERDOTE RECORDÓ CÓMO UNA NIÑA MUSULMANA LES HABÍA TRAÍDO UNA ROSA TRAS SUPERAR UN CÁNCER, QUE COLOCÓ EN LA FOTO DEL FALLECIDO

Tras la exposición tomó la palabra Carmona, que rememoró su compromiso de otorgar el nombre de Pedro Zerolo a una calle del céntrico barrio madrileño, y que quiso recordarlo como «aquel niño que vino de Caracas y que se convirtió en el motor de la defensa de los derechos civiles».

Cerró el acto dándole la palabra al padre Ángel, que subrayó la «alegría que caracterizaba a Pedro. La misma con la que debemos afrontar los cristianos esta nueva etapa de la iglesia que ha llegado con el Papa Francisco, en la que se vislumbran cambios».

El momento más emotivo surgió cuando el sacerdote recordó cómo, «una niña musulmana trajo al templo una rosa, en señal de gratitud a los Misioneros de la Paz, por haberla ayudado a superar un terrible cáncer». Tras estas palabras, el párroco enseñó la flor, se acercó a la imagen del difunto, situada junto al altar presidiendo el acto, y se la colocó en el pecho.

Antes de que las puertas volvieran a abrirse, se leyó el poema Oda a la Tristeza, de Pablo Neruda, «el preferido de Pedro», zanjó el oficiante. El último verso se fundió con un aplauso.

Jesús Santos recibió las muestras de cariño de familiares, amigos y compañeros de Pedro Zerolo. Al finalizar el acto, el viudo abandonó las instalaciones con el semblante serio y ocultando la tristeza de su mirada tras unas enormes gafas de sol.

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