Al parecer Kiko iba calentorro porque, según le habría confesado, llevaba cuatro meses sin relaciones con Irene Rosales
¡Paren las rotativas! El gran scoop de la semana ha llegado a través de Sálvame deluxe, que sentó en su plató a Carmen González por el mérito de haberse encamado con Kiko Rivera.
Un mérito acrecentado por haberlo hecho con el hijo de Isabel Pantoja, según ella, a pelo.
Bien, este fue el nivel, así que ya quedan avisados de lo que sigue. La tal Carmen conoció a Kiko en la discoteca en que trabaja y tras unos mensajes y conversaciones se fue a la cama con él. «Entró y descargó», detalló la presunta dama. Sin usar precauciones, especificó aún más.
Al parecer Kiko iba calentorro porque, según le habría confesado, llevaba cuatro meses sin relaciones con Irene Rosales y por eso el hombre no aguantó más de diez minutos en la faena.
Una faena que, según la otra parte, no fue nada del otro mundo porque Kiko es «pasivo» -no en el término gay, claro- y no se lo monta muy bien. Algo, por cierto, que ya señaló en su momento Lorena de Souza, otra a la que también ha aupado al estrellato telecinquero enseñando las domingas siliconadas en Sálvame o haciendo el canelo en Pasaporte a la isla.
El caso es que hubo doble faena pero para la invitada no fueron nada del otro mundo. Ni la de aquí te pillo, aquí te mato ni la más relajada. Además, Kiko se tiró un pedo. Eso sí, luego en la cama fue muy divertido porque cuenta muchos chistes.
Todo eso escandalizó, ay madre, a Lydia Lozano que se hacía de cruces preguntando a la tal Carmen si no usaba píldora o DIU o algo y se echaba las manos a la cabeza cuando la otra contestaba que no, que habían ido a lo natural porque no tenían condones en el momento del calentón.
Tras desvelar algunos mensajes subidos de tono del hijo de la Pantoja, la invitada dejó muy clara su filosofía: «Esto iba a salir porque nos vieron y para que se lo lleve otro me lo llevo yo».
