Le duran menos que un caramelo a la puerta de un colegio las relaciones a Fernando Alonso.
Y no sólo hablamos de las relaciones profesionales, sino también las personales. La velocidad que el piloto de Fórmula 1 no alcanza en los circuitos, la adquiere, y de qué manera, en los despachos o en su ámbito más personal, íntimo y privado.
Lo cierto es que a punto de arrancar la temporada 2016 del gran circo del motor, el piloto asturiano abandona su ‘escudería’ sentimental, dejando a la que había sido su hasta ahora nueva novia, la periodista Lara Álvarez, que va camino de las aguas del Caribe para presentar ‘Supervivientes’ (Telecinco).
Según cuenta el suplemento La Otra Crónica, la relación se ‘gripó’ hace un par de semanas, a finales de febrero de 2016 y ya no ha habido forma de ponerla en marcha nuevamente.
Según sus círculos personales, el motivo no es otro que la maldita distancia y los compromisos profesionales, y eso que se dedicaron todo su amor durante un año y cuatro meses.
Las sospechas de que algo no funcionaba empezaron allá por febrero de 2016 durante el primer test en Barcelona para McLaren.
Acostumbrados a la presencia de Lara en boxes, los que la ven por allí se extrañaron cuando la presentadora no apareció porque estaba de vacaciones, un tiempo de descanso que siempre utilizaba para pasarlo con su novio. Ni siquiera se mandan aquellos tuits románticos, apasionados y almibarados a más no poder.
