De Chenoa conocimos hace 15 años su voz, su talento y también su carácter; esa forma de ser tan cristalina que, dice, a veces le ha jugado una mala pasada.
«Caigo bien o mal, pero la gente sabe de qué voy«, explica Chenoa a Ecoteuve este 7 de octubre de 2016.
No va de ‘mosquita muerta’. «Las que dicen que no se enteran de nada, se enteran de todo», opina. «Yo soy así para bien o para mal. Y si te quiero, te reviento de amor».
Ahora, además de ese carácter, también conocemos su sentido del humor, cuando demuestra, por ejemplo, cómo encaja todo el revuelo que se ha creado por su próximo reencuentro en los escenarios con Bisbal o aquellas imágenes, casi historia de la prensa del corazón, en las que hablaba a los reporteros sobre su ruptura con el cantante vestida con un chándal.
«Mis amigas solo me dicen que si no tenía otro color», bromea. «Me río porque está superado y estas cosas hay que saber manejarlas».
Con disco nuevo en el mercado y la reunión de OT a la vuelta de la esquina, Chenoa se sienta desde esta noche en una de las sillas del jurado de Tu cara me suena, que Antena 3 estrena a las 22.00.
¿Cómo te lo tomaste cuando te propusieron ser juez de Tu cara me suena?
Fantásticamente bien, porque yo vengo de este medio y a mí me ha parido la tele. Sí es verdad que voy a estar como una niña con zapatos nuevos y aprendiendo de Ángel, Lolita y Carlos, que son encantadores.
¿Te lo pensaste mucho?
No, no. De hecho, la grabación no me ha afectado ni al disco ni a la gira de conciertos.
Tu cara me suena, nuevo disco, el reencuentro de Operación Triunfo. ¿Uno de los mejores años de tu vida?
Sí, todo esto me pone un poco a la palestra. Lamentablemente, si no sales en la televisión, no haces música y es un hándicap muy triste para la cultura musical. Nos falta una ventana para mostrar nuestros discos al público.
TCMS, OT, disco… Hombre, estoy que me salgo, para qué te voy a engañar. Ahora me ha venido todo encima y estoy encantada porque tengo 15 años de mochila y sé gestionarlo de otra forma. También me siento muy halagada porque somos muchos artistas y me están llamando a mí.
¿El carácter que tienes te ha venido bien?
Lo que ha provocado es que nunca lo cambie y a la gente le gusta eso, hasta cierto punto. Te caigo bien o mal, pero sabes de qué voy. Me ha costado mucho. A veces me ha jugado muy en contra y a veces me ha hecho daño.
¿Para tu profesión es mejor ir de mosquita muerta?
Sí. De ‘no me entero’. Cuando veo alguien así, digo, ‘ésta se entera de todo’. Mi madre me ha intentado encauzar y, de hecho, he intentado guardar el carácter, pero esa vez enfermé e implosioné. Peté por dentro.
¿Qué imagen vas a dar como jurado de Tu cara me suena?
Lo voy a hacer con mucho cariño, porque aunque es verdad que tengo mucho carácter, soy muy fiel y muy cariñosa. Si te quiero, te reviento de amor. No todo es tan malo. Tendemos al postureo y a ser diplomáticos… Si eres así, dejas de ser tú. ¿Cuanta gente está enferma porque está las 24 horas ejerciendo un papel que es mentira?
¿Al final ha merecido la pena?
Sí, hasta cierto punto sí, porque me he ahorrado las cremas de la farmacia.
¿Te frustra que el resto de personas no sean tan sinceras?
No, porque tiraría piedras contra mi propio tejado. La gente que es así, es tolerancia pura. Me parece bien.
En Tu cara me suena Rocío Dúrcal y Marta Sánchez no se integraron muy bien en el jurado. ¿Cómo crees que te vas a adaptar tú?
Yo cuento con una ventaja maravillosa, porque he trabajado con Ángel, a Carlos le veo en un montón de shows en los teatros de Madrid y con Lolita he coincidido en otro programa. Y Manel me ha entrevistado en la radio.
Ellos saben un poco de qué voy y mis límites. Esa soltura ya está gestada. Se me ve venir. Manejo muy bien los sarcasmos. Y Ángel me puede decir lo que él quiera porque fue mi profe.
¿Juzgar a Rosa da morrillo?
No, hay un vínculo maravilloso de cariño y me ha dicho que sea imparcial. Yo lo seré y no quiero portarme mal con los demás.
Finalmente vais a cantar Escondidos en OT: El Reencuentro.
Escondidos fue un tema de una gala crucial. La cantaré sin ninguna problema. Cuando veo la actuación me ruborizo porque es mi historia vivida por mí.
¿Te sigue ruborizando?
No, ya no.
¿Has visto esa actuación recientemente?
¿Me la ponen cada cinco minutos cada año? Y el chándal… venga, ¿hola?
Ese chándal es historia de España.
Mis amigas solo me dicen que si no tenía otro color de chándal. Me río porque está superado y estas cosas hay que saber manejarlas.