¿Qué famosa o, mejor dicho, familiar de famosa y que, por tanto vive del apellido familiar ha dejado un buen pufo en un famoso centro de estética de la Ciudad Condal?
Pilar Eyre, en su blog de Lecturas, da varias pistas sobre la señorita en cuestión, aunque no revela el nombre…por el momento. Lo que sí queda al descubierto es que a la joven en cuestión le encanta vivir a todo tren, pero sin tener que rascarse el bolsillo.
Bien, ¡basta de batallitas! Al lío, pero sin nombres, que ya he sentido sobre mi lomo el castigo de la persona de la que voy a hablar. Centro de belleza de la zona alta de Barcelona. Una señorita se hace «todo», limpieza de cutis, masajes, tratamientos para el pelo, manipedicura… Al ver la factura pone grito en el cielo y manifiesta, «considero que todo es muy caro y no lo voy a pagar».
Detalla que en ese mismo instante, en el local, se trata de poner remedio a la situación con un arreglo que satisfaga a las dos partes:
¡Consternación! ¡Es la primera vez que pasa! Se justifica el precio, ella niega con la cabeza, y al final el personal pregunta «¿Cuánto quiere abonar?» La otra dice tanto, transigen y adiós muy buenas.
Concluye Eyre que en el negocio han tenido miedo al personaje en cuestión por ser, supuestamente, hija de…
Y es que hay que doblegarse cuando se trata de la h… ¡ay, ha estado a punto de escapárseme quién era la interfecta!
