Una niña muy salada que se atrevió a hacer lo que nadie haría: salvo un niño, claro. Ocurrió este miércoles 27 de septiembre de 207 durante la visita del príncipe Enrique a Canadá, donde por la noche acudió al Mattamy Athletic Center de Toronto, para ver el partido de voleibol entre Reino Unido y Dinamarca.
Él empezó a comer palomitas en la grada… pero no contaba con la astucia de una niña que estaba sentada a su lado. Aprovechando que Enrique hablaba con otra persona, la pequeña se dedicó a robar palomitas al príncipe.
Tras un buen rato, y según se hace eco ‘HP‘, Enrique se dio cuenta de lo que estaba pasando… y la niña le conquistó el corazón. A partir de ese momento, comenzó a jugar con la muchacha sin parar, mostrando su lado más tierno.
¿Quién era la niña? Como explica ‘The Independent‘, se trataba de Emily Henson, hija del atleta paralímpico David Henson.