"Cuando ya tocas fondos lo único que queda es levantarse"

Pastora Soler confesa a Bertín Osborne su gran tragedia: «Me hubiera quitado la vida»

"Si hubiera habido algo allí debajo me hubiera quitado la vida"

Pastora Soler confesa a Bertín Osborne su gran tragedia: "Me hubiera quitado la vida"

Se vivieron situaciones muy, muy extremas

La cantante Pastora Soler ha sido, este 15 de noviembre de 2017, la última protagonista de ‘Mi casa es la tuya‘, el programa de Bertín Osborne.

Durante la entrevista, la artista no estuvo sola, ya que también aparecieron en la emisión otros conocidos rostros de Eurovisión como Soraya, Rosa López o Remedios Amaya.

Soler estuvo retirada de los escenarios por pánico escénico y crisis de ansiedad y al tratar este asunto en el programa le ha confesado a Bertín que llegó a pensar en el suicidio después de un desmayo durante un concierto en marzo de 2014.

«Me metí debajo de una mesa que tenía en mi camerino y, si hubiera habido algo allí, me hubiera quitado la vida. Fíjate cómo estaba. Yo quería que me tragara la tierra y quitarme ya de en medio. Era demasiado dolor».

Pastora necesitaba sacarlo, necesitaba contarlo, necesitaba que todos supiéramos por lo que pasó, por lo que se fue, por lo que reventó. Bertín volvió a conseguir que un invitado se abriera en canal.

«Me quedé muda, sin voz, de la misma tensión (…) Le dije a mi hermano ‘se acabó'», comenzó a explicar la artista.

Por si no fuera ya duro para ella recordar el momento en el que todo se derrumbó, Bertín recordó las imágenes de aquel concierto en el que Pastora se fue a bambalinas para cambiarse de traje y ya nunca volvió.

En su lugar salió Francis, su marido, para pedir disculpas y explicar que pese a que ella quería salir no la veían al cien por cien.

Pidió disculpas, hubo máxima comprensión y el público se volcó con ella. Aplausos y más aplausos, porque a Pastora se la quiere, se la perdona todo, se la adora.

Después Pastora lo confesó todo. Relató el vía crucis de aquella noche, el sufrimiento, el miedo, el pánico…

«Tengo una imagen de meterme debajo de una mesa entre bambalinas y si hubiera habido algo allí debajo me hubiera quitado la vida».

«Quería desaparecer y lo único que pensaba era que por qué no había algo que me quitara del medio. Había demasiado dolor. Cerré los ojos, me vistieron, me metí en el coche y no abrí los ojos hasta que llegué al hotel. Esa noche no dormí y ya lo había pensado, que ya, que se acabó, que ya no podía más».

Y Pastora desapareció. Dio explicaciones a su entorno, a los suyos y puso tierra de por medio. Su alma se quedó en coma.

Y se lio. Pastora se colocó en el centro del huracán. Todos hablaban del abandono repentino de la artista, de su presunto desmayo, de su retirada, de su ‘esto se ha acabado’.

Pero Pastora es tan sincera, tan profesional, tan artista que, pese al estado en el que se encontraba aquella noche fue consciente en todo momento de lo que iba a suponer su espantada.

«Lo sabía, pero al final no les queda otra que aceptarlo porque es lo que yo quería, porque me habían visto sufrir».

«Se vivieron situaciones muy, muy extremas», aseguró su marido en un momento del programa.

 «Sabía que tenía que ayudar, pero ¿cómo lo ayudas? Yo no era nadie para decirle déjalo. La decisión tenía que tomarla ella (…) Cuando la tomó para mí fue una liberación total», se sinceró Francis mientras Pastora volvía a llorar.

«Es que se remueve todo».

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