A José María Gil Silgado (56) se le acumulan los problemas al otro lado del Atlántico. Y todo por un préstamo de casi 29.000 euros que solicitó en 2015 al empresario dominicano José Rafael Borges Hernández. Un dinero que supuestamente el sevillano le devolvió a través de un cheque sin fondos, por lo que el dominicano presentó una demanda en los tribunales.
En la primera sentencia, tal y como adelantó Corazón, la jueza declaró culpable a Silgado, condenándole a cumplir una pena de seis meses en prisión y una multa de 8.685 euros. Sin embargo, Gil recurrió esta sentencia y debió presentarse en la vista celebrada el pasado 9 de agosto, pero no lo hizo. El empresario abandonó el país y regresó a España, según recoge Informalia.
Una huida que podría costarle muy cara, ya que, según afirmó el abogado del dominicano: «Este señor apeló la sentencia y se fue del país. No se presentó y en estos momentos tiene una orden de prisión en República Dominicana. Si entrara en el país, sería arrestado y llevado ante el tribunal».
Pero éste no es el único problema legal que tendría en el país de las Antillas. Según ha declarado el abogado: «Hay un grupo de trabajadores de su empresa de lavado de coches que también lo ha demandado por impago, al igual que su ex abogada»
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