Una portada de la prensa portuguesa asegurando que la hija del emérito está «gravemente enferma» y el viaje privado de los reyes a Suiza han hecho saltar todas las alarmas sobre el estado de salud de la infanta Cristina (La prensa portuguesa afirma que la infanta Cristina está ”gravemente enferma»).
«Está muy abatida, se siente una proscrita y una apestada», ha desvelado Gustavo González, sin aclarar mucha más, pero dando a entender que sabe de lo que habla.
El fotógrafo ha asegurado este 16 de enero de 2018 en Sálvame que fuentes cercanas a Zarzuela le han confirmado la preocupación familiar por el estado de la esposa de Urdangarin:
«La falta de apoyo público la hace sentirse muy mal, aunque en privado sí la han acompañado. De hecho, Juan Carlos ha viajado muchas más veces a Suiza, pero no ha trascendido a la prensa».
Y ha añadido:
«Esta vez ha viajado con el beneplácito de su hijo Felipe, porque que las dos últimas ocasiones que se lo había comentado, éste se había negado y Juan Carlos, finalmente, había hecho lo que le había dado la gana de todos modos».
Sin embargo, hay quien resta importancia al estado depresivo de la infanta. Pilar Eyre afirma que su tristeza es la misma ahora que la de hace cuatro años:
«La infanta está tocada psicológicamente y tanto ella como su marido reciben ayuda psicológica desde hace años. No tengo noticias de que ahora esté peor».
Peor no, pero más enfadada sí. ¿El motivo? Su hermano le negó la asistencia al 80 cumpleaños de Juan Carlos en Zarzuela, al que acudieron unas 70 personas. Y no es la única.
Al parecer, el propio emérito no entendió por qué Felipe se negó ya que se trataba de un acto privado, pero quiso evitar un enfrentamiento con él aceptando su postura a cambio de viajar a Suiza unos días después:
«Juan Carlos no ha ido a Suiza sin la aprobación de su hijo».
Lo que no descarta Eyre es un posible lavado de imagen de la infanta Cristina de cara a los próximos meses:
«Podría ser una estrategia. Yo creo que Urdangarin va a entrar en prisión pronto y ella se va a quedar sola con cuatro niños. No me extrañaría que intenten dar una imagen de una infanta desangelada, enferma y triste. Podrían estar preparando el desembarco de Cristina y sus hijos en Madrid».
