La relación de los Reyes Eméritos ha estado marcada por los desencuentros, aunque algo ha cambiado de repente

El inesperado gesto del rey Juan Carlos que deja bizca de asombro a Doña Sofía

La Reina Emérita comprendió pronto que su matrimonio nada tenía que ver con el de sus padres...

El inesperado gesto del rey Juan Carlos que deja bizca de asombro a Doña Sofía
El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía TV

Siempre hay tiempo para arreglar un desaguisado, o al menos eso dicen, aunque a veces tropezar dos veces en la misma piedra no sea de lo más inteligente. (El descomunal secreto sexual que empalma al Rey Juan Carlos y Gustavo González).

Sea como fuere, siempre es bueno dar a alguien una segunda oportunidad, cosa que parece que se está dando en el matrimonio de los Reyes Eméritos, que hasta ahora ha sido un fracaso por la srazones que todos conocemos. (El día en que Alfonso Díez casi se queda tuerto por ‘culpa’ de la reina Sofía).

Tal y como da cuenta ‘EsDiario‘, ya habían nacido los tres hijos de la pareja cuando doña Sofía tuvo constancia de que don Juan Carlos no era el abnegado y devoto esposo que creía. Lo descubrió un fin de semana en el que se le ocurrió darle una sorpresa. Preparó a Elena, Cristina y Felipe y les dijo que iban a darle una sorpresa a papá. (El secreto sexual de Urdangarin que tiene hechizada a la infanta Cristina).

Los cuatro montaron en un coche con rumbo hacia una finca donde el soberano había asegurado iba a disfrutar de una cacería solo para hombres. Cuando llegó, abrió la puerta y subió las escaleras. Fue entonces cuando escuchó como la risa de su marido sonaba al unísono con la de una mujer. Descompuesta, doña Sofía volvió al vehículo y regresó a Zarzuela con Elena, Cristina y Felipe.

A partir de ese momento, la Reina Emérita comprendió que su matrimonio nada tenía que ver con el de sus padres, que siempre hicieron gala del amor que se profesaban. A pesar del panorama, y tras un intento de escapada, para no volver, que fue abortado, doña Sofía se centró en su obligación. La Corona era lo primero y se puso a su disposición. Mientras tanto, la procesión iba por dentro.

En relación a don Juan Carlos, su lista de amantes es extensa. Las más conocidas, Marta Gayá y Corinna. La primera está considerada como el gran amor del Rey Emérito porque siempre regresa a sus brazos, tal y como pudo comprobarse el verano pasado. También es su compañera de viaje cuando se va a Galicia para reunirse con su grupo de amigos a disfrutar del mar al resguardo de la prensa.

Para doña Sofía, Corinna significó una bofetada sin mano. Estuvo al tanto de todo desde el principio. Sabía que la alemana se hospedaba con su hijo menor en una casa que era visitada por don Juan Carlos con frecuencia. En opinión de quienes les vieron entonces disfrutando de unas vacaciones invernales, parecían una familia. Mientras tanto, la Reina Emérita sonreía en público y lloraba por dentro.

Los años y las conversaciones con su hijo Felipe han hecho que el Rey Emérito se dé cuenta de que no ha obrado bien con su mujer. Era innecesario que la pusiera en ridículo en tantas ocasiones, quedando sus desplantes a la vista de todos. Y es ahora cuando se ha decidido a enmendar su error. Ha empezado pidiendo perdón a doña Sofía por su comportamiento poco ejemplar como marido.

Don Juan Carlos quiere resarcir a doña Sofía del calvario que le ha hecho atravesar durante sus años de matrimonio. Recientemente, se les ha visto en público en muy buena sintonía. Para la Reina Emérita, el cambio de tercio de su esposo ha sido toda una sorpresa, tanto que teme sea flor de un día o quede en agua de borrajas. Quienes la conocen aseguran que está feliz pero a la vez noqueada y sobrepasada.

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