LOS ENREDOS LA FAMILIA REAL

La Reina Letizia comparte mesa y mantel con la Infanta Cristina con la bendición de Juan Carlos y Sofía

Don Juan Carlos agradece a doña Sofía su "extraordinario comportamiento a lo largo de su vida familiar y su reinado"

La Reina Letizia comparte mesa y mantel con la Infanta Cristina con la bendición de Juan Carlos y Sofía
La Reina Letizia, la Infanta Cristina y los reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía. EP

Hay quien dice que las aguas vuelven a su cauce y otros, más excépticos, que insisten en que todavía es muy pronto para sacar conclusiones, pero desde fuera, a vista de pájaro, de la sensación de que retorna la concordia a la Familia Real (El día en que Don Juan Carlos I acojonó de lo lindo al bocazas de Jaime Peñafiel).

Un síntoma evidente y muy significtaivo, han sido las palabras que dedicó don Juan Carlos a su esposa durante la celebración de su 80 cumpleaños emocionaron a todos (El importante aviso de Peñafiel a Casa Real por la faena de Sánchez y Begoña en pleno palacio ).

El Rey don Juan Carlos agradeció a la madre de su hijos su extraordinario comportamiento a lo largo de su vida familiar y su reinado. Era un pequeño discurso de reconocimiento a sus méritos y su paciencia ante todos los desplantes sufridos a lo largo de sus 56 años de casados (El brutal corte de Pilar Eyre a Jaime Peñafiel por pasarse de listo con la monarquía ).

Por su parte, doña Sofía llevaba escritas en un papel sus palabras, que sorprendieron y emocionaron cuando agradeció la suerte de haber sido reina de España y lo «feliz» que había sido con sus hijos y su «queridísimo marido» (sic).

Luego resumió en inglés su pequeño discurso para los comensales que no hablaban español. La reina apagó las velas y los invitados cantaron el Cumpleaños Feliz en español y luego en inglés, para que la reina Noor de Jordania, el director de orquesta Zubin Mehta, el rey Constantino y Ana María de Grecia y la ex emperatriz de Irán Farah Diba pudieran unirse al coro (Jaime Peñafiel, resentido: «La reina Sofía tardó mucho en darme el pésame por la muerte de mi hija»).

Casi tan importante como lo anterios, tal y como recoge Martín Alegre en Informalia este 4 de noviembre de 2018, ha sido la ‘jugada’ de la la Reina Letizia.

Letizia tenía una deuda pendiente con la reina Sofía desde el desplante de la catedral de Palma en la misa de Pascua (El bocachancla de Jaime Peñafiel la lía con una terrible amenaza sobre el Rey y la princesa Leonor).

Y la mejor compensación, o si se prefiere, el mejor regalo de la nuera a la madre de Felipe VI, en su 80 cumpleaños, fue la actitud amistosa y afable de Letizia hacia su cuñada la infanta Cristina, hasta hace no mucho, la ‘apestada señora Urdangarín’.

El regreso de la infanta al seno de la Familia Real se ha hecho por etapas cuidadosamente calculadas y una vez exculpada doña Cristina del caso Nóos, del que salió judicialmente limpia, en tanto que su marido cumple una pena de prisión de más de cuatro años en una cárcel inhóspita.

Lo de Cristina, cuyo nombre desaparece hasta de los hospitales que lo llevaban, es duro y en su favor hay que subrayar no fue condenada por los jueces, aunque algunos lo olviden.

El pasado 3 de abril, don Juan Carlos besó públicamente a su hija pequeña en el monasterio de El Escorial, donde toda la familia celebraba un solemne funeral por son Juan de Borbón. No hubo saludo entre Elena y Cristina y los reyes Felipe y Letizia, pero hay una imagen, que vale más que mil comentarios, en la que las infantas miran con frialdad a dsu hermano y su cuñada Letizia, que ocupan el banco de privilegio, al otro lado del pasillo.

Estod días, Cristina y sus hijos pequeños Irene y Miguel pasaban unos días en Madrid, alojados entre Zarzuela y la casa de la infanta Elena, y disfrutaban de un musical en familia.

El viernes, cumpleaños de la Reina Emérita, en la mesa de honor donde se sentaban don Juan Carlos, doña Sofía, don Felipe y doña Letizia, también estaban Elena y Cristina, a la que la esposa de Felipe VI había saludado afectuosamente en el aperitivo previo al almuerzo, como cuenta a Informalia uno de los 80 invitados. Era uno de los mejores regalos que podía tener la reina emérita aunque fueron las palabras que dedicó don Juan Carlos a su esposa las que emocionaron a todos.

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