Era lo único que le faltaba por hacer para borar definitvamente de su vida al actor. El de Angelina Jolie y Brad Pitt seguramente sea eldivorcio más largo, enrevesado y envenenado de la historia de Hollywood. Y a la postre, está resultando ser el más aburrido, debido al enconamiento de las posturas y las dificultades para llegar a la definitiva liquidación de lo que hasta septiembre de 2016 fue «Brangelina», según ABC.
En los últimos días, sin embargo, parece que se está avanzando en el acuerdo de divorcio y tras saberse que, a falta de unos flecos para la disolución del matrimonio -Brad Pitt y Angelina Jolie se casaron en 2014, tras una década de convivencia y seis hijos en común-, ambos cónyuges pueden considerarse «solteros», aunque a efectos legales aún no lo sean, el portal «The Blast» ha publicado los documentos que certifican que Angelina ha recuperado oficialmente su nombre anterior a dar el «sí, quiero» a Brad. Ha conseguido borrar el Pitt de su apellido, algo que la actriz, directora y activista añadió a su nombre tras su boda en agosto de 2014. La petición fue hecha a los jueces el 12 de abril, con el consentimiento de los magistrados.
Imperio económico
Los motivos de que este parezca el divorcio de nunca acabar se debe básicamente a dos factores: el reparto del imperio (valorado en 450 millones de euros) que levantaron en común, en el que figuran un importante patrimonio inmobiliario (con casas repartidas por EE.UU.y Europa), bodegas y viñedos; y, sobre todo, la custodia de sus seis hijos ( tres adoptivos y otros tres biológicos).
Ahora, y a tenor de lo publicado por la revista «People», el divorcio está a las puertas, un año después de que las negociaciones entre Pitt y Jolie quedaran bloqueadas debido a los palos en la rueda que la actriz ponía constantemente para que su ex pudiera tener una comunicación fluida con su nutrida prole. La situación familiar llegó a tal extremo, que un juez instó a Jolie que dejara de poner problemas, a lo que ella respondió que Pitt no pagaba la pensión a sus hijos.
En diciembre pasado, llegaron a un acuerdo de custodia privado, cuyos detalles no han transcendido. En el camino se han dejado buena parte de su prestigio. En su caso, no era oro todo lo que relucía.